Introduccion

 

Ya hace décadas algunos círculos de investigadores en humanidades tratan el tema de género e investigan la historia de las mujeres. Estos estudios de sociólogas y testimonios de mujeres del movimiento social dieron a conocer el papel importante de las mujeres en la resistencia contra el régimen militar en Chile. (Valdés y Weinstein 1993, Baldez 2002, Franceschet 2004 et al.) Las mujeres en la resistencia contra la dictadura se vieron enfrentadas a múltiples desafíos que eran diferentes a los de sus compañeros hombres. Por ejemplo, las mujeres sentían una gran necesidad de legitimar su movilización pública. En cambio, la imagen tradicional del hombre le permitía desde ya la actividad política. Otro desafío grande era la necesidad de unir mujeres de realidades sociales e ideas políticas muy diferentes en un solo movimiento. El presente artículo se enfocará, por lo tanto, en la coordinación del movimiento de mujeres a través de la construcción de una identidad colectiva.

 

Los estudios sobre el movimiento chileno de mujeres contra el régimen militar tratan principalmente el surgimiento (Schild 1992, Shayne 2004, Tuñon 1995) y los logros de la movilización femenina (Baldez 1999 y 2002, Franceschet 2004, Hellmann 1995, Toledo 2001, Tuñon 1995, Waylen 2007, Zwingel 1997). El debate en torno a los logros del movimiento de mujeres explora la lucha con los partidos políticos, en la cual las mujeres trataron de transformar su exitosa movilización durante la dictadura en una participación activa en el nuevo orden político. Los estudios mencionados analizan entre otros las estrategias de la movilización y legitimación de las mujeres. Así obtienen resultados atractivos para un análisis de la construcción de identidad colectiva en el movimiento social. Dieter Rucht indica que los movimientos sociales construyen identidades colectivas a través de tres factores que crean una conciencia de unidad y de pertenencia al grupo: primero, sus estrategias de protestas y actividades colectivas, segundo, su auto-interpretación explícita y tercero, su estructura organizativa. (Rucht, 1995: 14.) Sin embargo, al estudiar grupos sociales no se debe cometer el error de percibir estos grupos y sus identidades como entidades homogéneas. Al contrario, identidades colectivas son el intento de superar la heterogeneidad dentro de un grupo. Especialmente la palabra "movimiento de mujeres" es problemática porque puede implicar la idea de que se trata de un actor homogéneo. No obstante, la posición de los individuos en este movimiento está influida por otras categorías más que el género femenino: por ejemplo, el individuo puede ser influido por su edad, su etnicidad, sus ideales políticos y su origen social. (Waylen, 2007: 4) De esta heterogeneidad resultan los problemas de movimientos sociales para crear una unidad proactiva.

 

La integración simbólica resulta ser un factor decisivo para la superación de esta heterogeneidad y la creación de unidad en movimientos sociales. Esta integración se crea a través de "una conciencia de unidad basada en la distinción entre los que están a favor y los que están en contra [de algo]." (Raschke, 1988: 78) Aparte del factor reflexivo de identidades -es decir, la autoconciencia de formar un grupo-, la distinción de otros grupos sociales es crucial para la construcción de una identidad colectiva. (Assmann, 2005: 130, 134.) En los movimientos sociales esa diferenciación no se refiere solamente a otros grupos sociales, sino a la construcción de la imagen de un antagonista en un conflicto. (Touraine, 1977: 310.) Sin embargo, los grupos, sus conflictos y antagonistas y el ambiente sociopolítico van cambiando. Por lo tanto, la construcción de identidad colectiva tiene que ser ajustada a estos cambios de conflictos y a los cambios de autoconcepción dentro del propio grupo. Resulta que identidad no es algo estático. Se trata de un proceso continuo de construcción y ajuste que resulta de la interacción continua entre grupos sociales, estos grupos con la sociedad y con sus antagonistas en conflictos. (Melucci, 1988: 42, Diani y Porta, 2007, Hall, 2004: 170) Por consiguiente, la identidad colectiva de grupos se define y desarrolla especialmente en conflictos a través de la distinción del antagonista. Cumpliendo con esta observación, el presente artículo analizará la construcción de identidad colectiva en el movimiento de mujeres, justamente enfocándose en su conducta en conflictos.

 

Las mujeres en Chile se vieron enfrentadas a distintos conflictos que influyeron sus argumentos y estrategias de actuar y movilizarse: primero, estas mujeres se movilizaban contra el régimen militar que amenazaba a sus familias con represiones y con los efectos graves de la reestructuración socioeconómica. Segundo, las mujeres estaban en conflicto con la sociedad y la cultura política, que las limitaba al espacio privado, al interior de la familia y les negaba la participación política. Y tercero, las mujeres enfrentaban varios conflictos en el mismo movimiento sobre estrategias y objetivos.

 

Las diferentes estrategias para enfrentar estos múltiples desafíos y conflictos, todavía no se han revisado detalladamente. Tampoco se ha investigado el papel de organizaciones o grupos concretos del movimiento, ni sus estrategias de crear una identidad colectiva. Estudios muestran que el movimiento de mujeres de los años 80 surgió de diferentes agrupaciones e integraba mujeres de diferentes ámbitos sociales y con metas políticas distintas. Por lo tanto, lo que el siguiente ensayo pretende analizar es la pregunta ¿cómo se construyó una identidad colectiva incluyendo y reuniendo mujeres de diferentes agrupaciones? Para realizar este análisis, el ensayo se enfoca especialmente en la pregunta ¿cómo enfrentaron las mujeres a los diferentes desafíos y conflictos que surgieron dentro y alrededor de su organización? Para este propósito el presente estudio se concentra en una de las organizaciones coordinadoras del movimiento de mujeres que incorporó agrupaciones de diferentes ámbitos del movimiento - el Movimiento pro Emancipación de la Mujer Chilena'83 (MEMCH'83).

 

Con el objetivo de analizar la interdependencia entre conflictos e identidades colectivas, el ensayo da primero una breve idea de la heterogeneidad del movimiento de mujeres con sus diferentes agrupaciones, metas y miembros de diferentes ámbitos sociales, para entonces analizar las estrategias aplicadas por MEMCH'83 para unir estos actores heterogéneos a través de una identidad colectiva. Para el análisis de las estrategias de construcción de identidad colectiva se aplicará el modelo teórico de Rucht (1995: 14-16). Se investigará especialmente el rol de los conflictos para la construcción de una identidad colectiva. Finalmente, se presentará la conclusión de la investigación sobre identidad colectiva en MEMCH'83.

 

Todo este estudio está basado en el análisis de documentos históricos, apoyado por resultados de la literatura científica y algunas informaciones de entrevistas. Las fuentes más significativas para la investigación de la construcción de identidad colectiva en la organización MEMCH'83 son la Boletina Chilena - el boletín de la organización - y algunos panfletos y cartas de MEMCH'83, y Mujeres por la Vida en conjunto con otras organizaciones1. Estos documentos se encuentran en el archivo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y en el centro documental del MEMCH actual. Se dirigían a todas las mujeres chilenas y al público nacional e internacional, para movilizar su apoyo moral, diplomático y financiero. Algunos documentos también se dirigieron al antagonista del conflicto: al régimen militar. Los documentos contienen informaciones sobre la planificación y movilización para manifestaciones y sobre las demandas de MEMCH'83, lo cual permite un análisis del autorretrato que contienen.

 

La Boletina Chilena, en cambio, se dirigió principalmente a las mujeres simpatizantes del MEMCH'83. La primera revista se publicó en junio de 1984 para el primer aniversario de la organización. Desde entonces se publicó cada dos meses y desde agosto de 1985 hasta julio de 1987 cada tres meses. Por recursos limitados se publicó solamente de menor cantidad, pero cartas de exiliadas desde el extranjero demuestran una gran distribución de la Boletina de una manera informal2. La Boletina Chilena proveía a sus lectoras con informaciones sobre las actividades de MEMCH'83 y de sus organizaciones afiliadas, sobre reuniones, jornadas y temas de interés. Los artículos transportaban marcos de interpretación de eventos actuales y en algunas páginas de la revista ofrecían espacio para testimonios y discusiones de las mujeres lectoras. Con este concepto la Boletina formó un instrumento de coordinación y comunicación entre la organización y las mujeres, creando enlaces para una identidad colectiva. Por consiguiente, la Boletina presenta una base amplia para analizar el trabajo coordinativo y de identidad colectiva de MEMCH'83.

 

El surgimiento del movimiento y del MEMCH'83

 

Las mujeres tenían un papel significativo en las primeras movilizaciones contra el régimen militar. Las investigaciones mencionadas sobre el surgimiento de esta movilización de mujeres destacan que las mujeres, a pesar de su rol tradicional de mujer que les negaba la movilización pública y política, se vieron afectadas por la política del régimen de múltiples maneras. El golpe de Estado, con las represiones y violaciones masivas de DDHH que lo acompañaron (perseguimiento político, matanza, secuestro, desaparición y exilio), afectó por razones de roles de género especialmente la población masculina. Fueron hombres los que estaban organizados en los partidos políticos y que eran generalmente más visibles en la vida pública. En cambio, las mujeres eran limitadas al espacio privado y familiar. Por eso quedaron después del golpe militar del año 1973 principalmente mujeres (esposas, pololas, hermanas, madres e hijas) en la situación de búsqueda de sus seres queridos. Cuando estas mujeres se vieron confrontadas con una desinformación sistemática en los cuarteles de Carabineros y del ejercito, ellas se unieron con la esperanza de apoyarse entre ellas en torno a lo administrativo y emocional. De estas agrupaciones provisorias se formó ya en el año 1974 la Agrupación de Familiares de los Detenidos Desaparecidos (AFDD). Organizaciones como ésta, con un foco en el tema de los Derechos Humanos, no eran exclusivamente grupos de mujeres y tampoco argumentaron de manera feminista. Sin embargo, se presentaron públicamente como mujeres y madres, ilegitimando al régimen militar que proclamaba proteger la familia y el papel tradicional de la mujer como madre, pero el cual al mismo tiempo destruyó las familias de estas madres con violencia política. (Chuchryk, 1994: 71.)

 

También los cambios socioeconómicos del régimen militar y la crisis económica del año 1982 afectaron especialmente a las mujeres y a la población de escasos recursos. Los efectos se manifestaron en diferentes ámbitos: Por la liberación del mercado y la disminución del presupuesto público para el sistema de salud y de educación, muchas mujeres perdieron su trabajo (en estas áreas y en empleos inestables trabajaron mayoritariamente mujeres). Pero las mujeres también se vieron afectadas como clientas de estos sistemas. En su papel de madres, ellas dependían, por ejemplo, de la medicina pública para sus hijos, la cual se proveía sin costo en los consultorios de salud. En reacción a estos cambios y en continuación de organizaciones del tiempo de la Unidad Popular surgieron varios grupos de subsistencia económica: grupos para generar trabajo, ollas comunes para alimentar a las familias y grupos con servicios para cuidar a los niños y facilitar consultas médicas. Estos grupos solamente actuaban en las poblaciones y las mujeres formaron alrededor del 90 % de sus integrantes. (Schild, 1992: 275) Este proceso de empobrecimiento de una mayoría de mujeres fue titulado por varias autoras con el término "feminización de la pobreza3" . Aunque la mayoría de sus integrantes eran mujeres, estas organizaciones de pobladoras no actuaban vinculadas a una teoría feminista.

 

Otras organizaciones feministas que demandaron la igualdad de género (como por ejemplo MOMUPO y el Movimiento Feminista) surgieron especialmente inspiradas por la conferencia mundial de la mujer en México en el año 1975 y más aún, por las experiencias y los contactos de mujeres chilenas que volvían de su exilio en Europa o en los Estados Unidos. Además, hubo mujeres militantes de partidos políticos que actuaban primero en la clandestinidad hasta que el régimen militar volvió a permitir nuevamente la formación de partidos políticos. Un análisis de los miembros de estos grupos muestra que las organizaciones feministas y políticas reclutaron sus miembros mayoritariamente de la clase media, contrariamente a las agrupaciones de Derechos Humanos y de pobladoras. (Zwingel, 1997: 82, Baldez, 2002: 141).

 

Las diferentes agrupaciones mencionadas destacan la heterogeneidad de opiniones, metas y ámbitos sociales de las mujeres movilizadas. Debido a sus diversos orígenes los grupos actuaban en sus inicios separados, hasta que en los años 80 cambió la atmósfera nacional: La oposición al régimen ganó más apoyo público y surgieron las primeras protestas organizadas. En esta situación se formaron organizaciones como Mujeres por la Vida y MEMCH'83 para coordinar las agrupaciones y el movimiento en su movilización pública. Mujeres por la Vida integraba mujeres de diferentes ideas y afiliaciones políticas. MEMCH'83 por su parte coordinaba agrupaciones de mujeres de diferentes ámbitos sociales y políticos, tratando de amplificar su red coordinadora a lo largo del país. Se formó en homenaje al antiguo MEMCh del año 1935 que era uno de los protagonistas del movimiento por el sufragio de la mujer en Chile. Ya en su primer llamado a la formación de un grupo coordinador, las fundadoras del MEMCH'83 se referían a la necesidad de superar los límites de las agrupaciones de mujeres y sus diferentes temas de acción para así, formar un movimiento unido.

 

Pensamos que no se puede ni debe seguir esperando que por generación espontánea surja un movimiento femenino que asuma un consenso aunque sea mínimo, pero integrador. Tenemos que dar ‘el' o ‘los' primeros pasos YA y no aguardar un mañana indefinido, postergado. [...] Porque no intentamos romper el aislamiento e incomunicación y aportamos el empuje de un amplio frente femenino al proceso de restauración democrática que reclama el país entero?

(Araya, Norma et al, 1983)

 

La construcción de identidad colectiva en MEMCH'83

 

La identidad colectiva es un factor principal para los movimientos sociales - un factor que las mujeres de la organización MEMCH'83 trataron de influir con diferentes estrategias. En las ciencias sociales esta identidad colectiva ha sido discutida como el elemento clave para la unidad y la movilización de movimientos sociales, los cuales por su naturaleza son inconstantes y cuentan con un grado marginal de organización, (Raschke, 1988: 77) aún más en situaciones de enfrentamiento con un régimen de represión política. Dieter Rucht identifica tres campos de estrategia para la construcción de identidad colectiva: el autorretrato explícito en publicaciones, afiches y charlas, las estructuras organizativas y las estrategias de protestas. (Rucht, 1995: 14-16.) En lo siguiente presentaré los resultados del análisis de las estrategias que MEMCH'83 aplicaba en estos tres campos. Indagaré especialmente el impacto y uso de conflictos para la construcción de una identidad colectiva de la organización.
El MEMCH'83 surgió de una iniciativa de 18 mujeres, que invitaron explícitamente a mujeres de diferentes ámbitos sociales para formar un grupo coordinador del nuevo movimiento de mujeres. Entre las fundadoras firmaron Elena Caffarena y Olga Poblete, dos de las fundadoras del MEMCh original del año 19354. Dichas mujeres subrayaron en su primer documento como MEMCH'83 su objetivo de coordinar mujeres de diferentes ámbitos sociales y políticos a lo largo del país. Esta autoconcepción se repitió continuamente en la Boletina y en los panfletos de MEMCH'835. Pero la construcción de una identidad colectiva resultó ser crucial para cumplir con esta ambición de integrar mujeres y sus agrupaciones de ámbitos tan heterogéneos.
Si es que, identidad colectiva se constituye en movimientos sociales a través de la interacción y distinción de un antagonista en conflicto (como ya lo implicaron Touraine, 1977: 310 y Melucci, 1988: 342), entonces un estudio de los objetivos y de la presentación pública del MEMCH'83 en estos conflictos tiende a ser importante. En el documento de formación del grupo MEMCH'83 del 13 de junio de 1983 se mencionan tres objetivos principales que dominaron inicialmente la autoconcepción y presentación de la organización coordinadora:
Impulsar con el esfuerzo mancomunado de diversas entidades femeninas y mujeres individuales, la lucha del pueblo chileno por el restablecimiento de la institucionalidad democrática, el respeto y plena vigencia de los derechos de la persona humana. - Promover una vasta acción conjunta de mujeres y de la comunidad entera, de denuncia y eliminación de todas las formas de discriminación que se ejercen sobre la mujer. - Vincular a las mujeres chilenas con el movimiento femenino internacional, no solo en lo que se refiere a sus reivindicaciones específicas, sino también en su aspecto más universal: la lucha por todas las formas de la paz, y la lucha por la armonía de la vida humana con el ambiente natural.
(MEMCH´83, 1983)
Un análisis temático de los artículos en la Boletina Chilena muestra que los tres temas realmente dominaron los debates, pero de distinta intensidad y en distintos períodos. Especialmente en los primeros años (hasta alrededor de 1986) el conflicto político con el régimen militar para exigir la reconstitución de un gobierno democrático y la experiencia de represiones y violencia dominaban los debates. El estado dictador y Augusto Pinochet, como la personalización de éste, (y no la sociedad patriarcal) fueron construidos como antagonista principal de las mujeres. La Boletina reporta sobre situaciones y conflictos en las calles donde las mujeres se enfrentaban a una dictadura, representada por militares "fuertemente armados con traje y actitud de combate"6. Estas palabras muestran la percepción y construcción del enfrentamiento entre el aparato represivo y las mujeres como un equilibrio injusto. En la Boletina y en los panfletos analizados, MEMCH'83 vinculó el estado militar con guerra, violencia, amenaza, miedo y muerte7. Usando ésta caracterización de su enemigo, el MEMCH'83 construyó su propio autorretrato en contrariedad a su adversario. En contraste a la violencia de los militares, las mujeres del MEMCH'83 se presentaron como mujeres y madres defensoras y donadoras de la vida: "Las mujeres dan la vida. La dictadura la extermina"8.  En sus protestas levantaban simbólicamente sus "manos limpias"9  en contra de las armas de los militares y recurrieron a su moral de mujer en contraste a la fuerza y las violaciones de los Derechos Humanos de parte de los militares. Aunque se enfrentaron a un antagonista en un conflicto político que no se trataba de género, las mujeres del MEMCH'83 crearon su autorretrato público a través de una imagen tradicional del género femenino. Esta imagen vinculaba a la mujer con moral, con la reproducción de vida, la familia y el ámbito privado de la vida. Las mujeres legitimaron su movilización pública y política usando la imagen descrita. Especialmente argumentaron que las represiones del régimen militar afectaron significativamente el ámbito privado (por ejemplo al destruir a sus familias con desapariciones, violencia etc.), lo cual les obligaba a movilizarse, aunque en la imagen tradicional esa movilización no les correspondía. (Baldez, 2002: 166, Franceschet, 2005: 59 y 64, Toledo, 2001: 60 y Zwingel, 1997: 76.)
Con la misma base de la imagen tradicional de la mujer, MEMCH'83 legitimó su movilización pública y política en un segundo conflicto que se asomó en la segunda mitad de los años 80. Los partidos políticos de la Unidad Popular que habían sido prohibidos y perseguidos por el régimen militar, habían dejado un vacío en el espacio público, en lo cual se desarrollaron los movimientos sociales como el de las mujeres. Pero en la segunda mitad de los años 80, cuando se esperaba la posibilidad de un plebiscito para decidir sobre el futuro político de Chile, los partidos políticos -tradicionalmente dominados por los hombres- volvieron a ganar importancia en la movilización pública. La vuelta de los partidos políticos como actor público provocó una competencia entre los partidos y los movimientos sociales. Las mujeres se presentaron en este conflicto nuevamente en base a su papel tradicional que les autentificó un espíritu moral y unido con una actitud basada en conformidad. Esta autodescripción contrastaba a la supuesta naturaleza conflictiva de los hombres en los ámbitos políticos. (Baldez, 2002: 166) Sin embargo, internamente las mujeres demostraron su capacidad y creatividad como actor organizado. Con esta doble argumentación, las mujeres del MEMCH'83 exigieron su participación en el proceso de reconstrucción de un sistema democrático.
Somos algo más que un sector en la movilización nacional. También avanzamos en nuestra toma de conciencia y autovaloración que nos permite comprender que SOMOS TAMBIEN PROTAGONISTAS LEGÍTIMAS en el gran proceso que ocurre en Chile. Sí. Tenemos mucho que aportar a la construcción de un ORDEN JUSTO PARA TODOS Y ENTRE TODOS, CHILENAS Y CHILENOS.
(MEMCH´83, 1983:3)
Hasta superamos el ‘debate' que hasta hoy inmoviliza a las dirigencias políticas opositoras.
(MEMCH´83, 1986:3)
El análisis del autorretrato explícito muestra que los conflictos tenían un significado importante para la construcción de identidad colectiva. A través de estos conflictos y de la distinción de sus antagonistas, las mujeres lograron crear una identidad, que las unió como grupo y les permitió la movilización de los ámbitos heterogéneos del movimiento. Este autorretrato público estaba basado en una imagen tradicional de la mujer que se modificó y la cual sirvió para legitimar la movilización pública y política. Los factores más importantes del autorretrato público eran entonces la vinculación con la vida, la moral y el supuesto ser pacífico de las mujeres.
Al contrario, el autorretrato interno del MEMCH'83 que se manifestó en los artículos de la Boletina Chilena dirigidos a las mujeres integrantes fue dominado por la idea de la mujer organizada. La organización fue transmitida en estos ámbitos como la mejor y única forma de enfrentarse a las represiones del estado: "La VIOLENCIA ejercida en todas formas, desde los horrorosos crimenes de marzo, los SECUESTROS, VIOLACIONES y TORTURAS sólo nos reafirman en la convicción de que la ORGANIZACION es nuestra FUERZA"10 .
No obstante, la identidad colectiva no se formó solamente en las confrontaciones y exclamaciones explícitas, sino también en la estructura y los mecanismos organizativos del MEMCH'83. En los documentos de la organización aparece la movilización de las mujeres y su coordinación como objetivo principal. Las fundadoras vieron en esta coordinación de las agrupaciones de mujeres el primer paso para agrupar a las mujeres en un movimiento unido11. Esto resalta que la fundación de grupos coordinadores como MEMCH'83 era el resultado de un empeño de institucionalizar el movimiento de manera más formal. Sin embargo, las estructuras institucionales pueden variar mucho en tales organizaciones de movimientos sociales. (Porta y Diani, 2007: 161.)
Según la meta de MEMCH'83 de promover la democratización en el país, las mujeres y agrupaciones integradas implementaron estructuras no jerárquicas y no autoritarias al interior de su organización. En este sentido las fundadoras exclamaban en la Carta-Abierta a las mujeres chilenas que el MEMCH'83 iba a ser un instrumento de coordinación central que no limitaba la autonomía de sus agrupaciones afiliadas: "No creen ustedes posible encontrar un denominador común, la coincidencia en algunos principios y acciones, sin que por ello los organismos femeninos pierdan su autonomía, o dejen de lado sus programas y compromisos específicos? [...] No pretendemos arrogarnos ningún papel, ni autoridad especiales [sic]"12. Para cumplir con este objetivo de colaboración entre iguales, se creó un Comité Ejecutivo, en el cual representantes de las diferentes agrupaciones participaban. Las decisiones del Comité Ejecutivo se tenían que tomar de acuerdo con todas las representantes - una condición que generó aparentemente algunos problemas. (Molina, 2007: 25, 26) Así que, desde enero del año 1986 la Boletina comprueba procesos de elección democrática para el Comité Ejecutivo13.
Aparte de la colaboración igualitaria de las agrupaciones integrantes en el directorio de MEMCH'83, la organización buscó también la participación de las mujeres individuales. La Boletina Chilena, los panfletos y muchas actividades se dirigieron directamente a estas mujeres, llamándolas por ejemplo a participar en la reunión constitutiva de la organización14 o a participar con sus ideas en la edición de un catálogo de demandas de la mujer chilena para la Plataforma de la Mujer en el año 198515. Con el llamado a participar, MEMCH'83 integró las diferentes mujeres personalmente en el trabajo colectivo de la organización. Pero además, el aporte de estas diferentes mujeres permitió que la organización coordinadora se orientara realmente en las ideas de las mujeres. Entonces, en el análisis de las estructuras organizativas de MEMCH'83 se revelan estrategias democráticas y participativas que generaban una fuerte integración e identificación con los objetivos del grupo.
Este factor integrativo, mencionado en el análisis de la auto-interpretación explícita y en las estructuras organizativas, se manifiesta también en el tercer campo de formación de identidad colectiva: en las actividades colectivas y formas de protesta de MEMCH'83. Movimientos sociales y sus organizaciones pueden aplicar diferentes formas de protesta. Las autoras de la Boletina Chilena agregaron desde mayo de 1984 una lista de actividades a su boletín, la cual muestra una gran variedad y un aumento de actividades durante los años 80. La lista incluía actos simbólicos, manifestaciones con presencia de masas en las calles, cartas de protesta a la diplomacia y prensa nacional e internacional, actos de solidaridad con víctimas de la violencia y participación con demandas en congresos internacionales. Además, se realizaron talleres para la capacitación de las mujeres de los grupos afiliados. Las diferentes actividades tenían distintos impactos en la construcción de identidad colectiva de MEMCH'83. Su análisis permite una diferenciación en acciones externas de protestas y en talleres internos de formación de autoconciencia. Sin embargo, para ambas formas de actividades la participación de las mujeres era decisiva.
Las manifestaciones de masas en las calles, como la marcha del somos más - por un mañana digno el 30 de octubre de 198516, se ejercieron generalmente en conjunto con las otras organizaciones del movimiento de mujeres. Por un lado la convivencia de un evento de masa y por otro lado la experiencia de los ataques por parte de los militares y Carabineros prepararon una conciencia de grupo y unidad. Estas experiencias crearon una conciencia del "nosotros" y "los otros" que es decisiva para la construcción de una identidad colectiva. En manifestaciones como éstas y también en actos más pequeños se usaban estrategias simbólicas. Estos simbolismos, como una cuerda que unía a los manifestantes17, gestos multiplicados como las manos limpias en el aire18  o coros cantados por todas las mujeres juntas19  fortalecieron la unidad del grupo.
Otras actividades, como cartas abiertas de protesta, enviadas a las embajadas internacionales en Chile para denunciar las desapariciones, el caso de las presas políticas y las violaciones de DDHH en Chile, tenían en primer plano el objetivo de llamar la atención y ayuda internacional. Pero aparte del efecto externo de provocar la conciencia nacional e internacional, estas formas de protestas también tenían efectos internos para la percepción del carácter solidario de la organización. En este sentido la organización ofreció también charlas teóricas y talleres para desarrollar nuevas ideas sobre el papel de la mujer. MEMCH'83 organizó actividades solidarias y de integración para ex-presas políticas y para retornadas del exilio. Así que las actividades asociativas permitieron, por un lado, la capacitación de las mujeres individuales y ,por otra parte, los testimonios y argumentos de éstas últimas contribuyeron a reforzar la identidad colectiva del grupo.
El análisis del campo de las actividades colectivas de MEMCH'83 muestra entonces por un lado actividades internas enfocadas en la integración, capacitación y solidaridad con las mujeres. Por el otro lado, se manifestaron actividades externas que se enfocaron en la protesta contra el régimen militar. A través de la experiencia del conflicto con el régimen militar las mujeres construyeron la imagen de los Carabineros y militares como su antagonista principal. Las protestas contra este adversario aportaron a través de la experiencia del conflicto significativamente en la construcción de un "nosotros" y "los otros".
El análisis de los tres ámbitos de construcción de identidad colectiva presenta a MEMCH'83 como una organización coordinadora, integrativa y unida, la cual trató aplicar los objetivos democráticos que exigía para la sociedad también en su interior. La organización legitimó su movilización pública en base a una imagen tradicional de género, pero adaptando una reinterpretación de este papel para perseguir nuevos propósitos. Las diferentes actividades colectivas apoyaron por su parte tanto a la formación de conciencia de unidad y a la distinción del antagonista como a la capacitación y organización de las mujeres. Para la construcción de esta imagen de MEMCH'83, el conflicto exterior con el régimen militar resultó ser catalítico, porque identificaba a un antagonista y facilitaba formaren la autoconciencia de ser un grupo unido en distinción a éste anterior. Es decir, que la contraposición a un antagonista le permitió a las agrupaciones de los diferentes ámbitos del movimiento de mujeres superar sus diferencias y a encontrar sus comunidades para movilizarse en conjunto.

Los conflictos internos en MEMCH'83

 

El análisis de las estrategias de construcción de una identidad colectiva en MEMCH'83 mostró, como los conflictos apoyan a la construcción y mantención de una identidad colectiva a través de la creación de una imagen del antagonista que actúa como una matriz, de la cual distinguirse. Sin embargo, el análisis de los documentos históricos, testimonios y entrevistas reveló también otro tipo de conflicto que surgió dentro y alrededor de MEMCH'83 y lo cual tenía otra relación con el desarrollo de la identidad colectiva del grupo. El análisis implica que se puede diferenciar entre conflictos externos, como los anteriormente descritos que se podían utilizar para la construcción de identidad colectiva, y conflictos internos entre los miembros de la organización. La relación de MEMCH'83 con el régimen militar es un conflicto del tipo externo y también la competencia de MEMCH'83 con los partidos políticos por participación en la transición a la democracia. Los conflictos internos de la organización surgieron del desafío de integrar mujeres y agrupaciones de ámbitos sociales y políticos diferentes con objetivos divergentes.

 

Un primer conflicto de este tipo se manifestó ya poco después de la formación de la organización. MEMCH'83 integraba durante los años 80 un número cambiante de organizaciones (entre 7 y 26). Nuevos grupos se afiliaron y algunas agrupaciones se retiraron, y ni la Boletina ni los panfletos presentan informaciones sobre las razones y diferencias que llevaron a las separaciones. Testimonios y entrevistas que se encuentran en la literatura científica y testimonial proveen algunas informaciones acerca de una de las separaciones, que parece haberse provocado por un primer conflicto interno de MEMCH'83. Aparentemente este conflicto surgió acerca de la dominación de sus actividades por solo uno de los objetivos originalmente postulados en la declaración de principios del grupo. En este documento las fundadoras del MEMCH'83 habían nombrado la lucha contra la dictadura y la lucha contra la discriminación de mujeres con la misma importancia20. Estos dos objetivos se mantuvieron por los años de la dictadura teóricamente en el programa de la organización. Por ejemplo, el objetivo feminista estaba presente en la plataforma de la mujer del año 1985 y en el informe sobre la situación de la mujer chilena para el Foro Internacional de la Mujer en Nairobi. El doble objetivo requería una conexión teórica de la represión estatal y patriarcal. (Kirkwood, 1986: 194.) Tras eso se manifestó la idea que el sistema patriarcal solamente se puede superar en conjunto con la superación del estado autoritario y al revés que la dictadura se puede reemplazar solamente con una sociedad igualitaria. "LA LUCHA POR NUESTRA LIBERACION ESTÁ INSERTA EN LA LUCHA GENERAL DE TODO CHILE" (Boletina Chilena, 1985: 3)21. Pero del análisis de la Boletina y de las actividades de MEMCH'83 resulta que éste se enfocó especialmente en los primeros años en el conflicto político con el régimen militar. Por consiguiente, integrantes feministas, como por ejemplo el Movimiento Feminista, no vieron sus objetivos lo suficientemente integrados en MEMCH'83 y finalmente en septiembre del año 1984 se retiraron de la organización coordinadora. Uno de los testimonios acerca de este conflicto es el de María del Canto, una integrante de MEMCH'83, que explica la separación del Movimiento Feminista en una entrevista con Susanne Zwingel con las diferentes prioridades de objetivos:

 

Se trataba de la democracia en el país y en la casa. Hablábamos de todos estos temas, pero empezábamos a tener dificultades y el Movimiento Feminista se retiró de la coordinadora MEMCH porque éramos demasiado políticas para ellas. [...] Nos importaba la democracia en el país y no le pusimos tanto esfuerzo en la democracia en la casa como ellas. Creíamos que hay suficiente tiempo para todo y que lo más importante fuera el término de la dictadura.

(Del Canto, citado en Zwingel 1997: 86)

 

El conflicto acerca de la prioridad de objetivos tuvo como resultado la separación oficial del Movimiento Feminista y MEMCH'83. No obstante, se mantuvo una cooperación en actividades puntuales y las actividades del Movimiento Feminista seguían presentes en la lista de actividades en la Boletina22.

 

Este tipo de conflicto y la solución interna de MEMCH'83 implican que la construcción de una identidad colectiva no siempre logró superar las diferencias entre las organizaciones integradas y sus objetivos. Para mantener una identidad sin contradicciones, resultó necesario para la organización, enfocar en un objetivo y de esta manera limitar y desarrollar la identidad colectiva de MEMCH'83, con el riesgo que algunos grupos se retiraban. En los documentos y testimonios se encuentran algunos otros conflictos de este tipo, que surgieron de la heterogeneidad de objetivos de las agrupaciones. (Valdés y Weinstein, 1993: 161-163, Zwingel, 1997: 82)

 

Otro tipo de conflicto interno surgió debido a las distintas realidades sociales de las mujeres que integraba el MEMCH'83. Uno de los objetivos de la organización era coordinar explícitamente agrupaciones de mujeres de los diferentes sectores sociales. Un estudio de los miembros de las agrupaciones integradas en MEMCH'83 muestra justamente esta heterogeneidad: Entre las afiliadas se encontraron tanto pobladoras de la clase baja como mujeres académicas de la clase media. Un análisis de los testimonios en la Boletina Chilena resalta las diferentes expectativas y necesidades de estas mujeres. Mientras las mujeres académicas destacan con teorías políticas o feministas, se encuentran testimonios de pobladoras que tratan de alejarse de lo político: "Que vengan a ver lo que comemos y después nos vengan a decir si somos metidas en política o somos gente con hambre"(Boletina Chilena, 1984: 12)23.  Aunque esta mujer citada participaba en el movimiento de mujeres, se negaba a interpretar su organización como movilización política. Una explicación para esta diferencia de autopercepción, que se manifestó especialmente entre mujeres pobladoras y de clase media, se encuentra en las diferentes realidades de estas mujeres. Los efectos de la dictadura se manifestaron en las poblaciones tanto con violencia y represiones políticas como también con graves problemas económicos. Por lo tanto, la realidad de las pobladoras estaba dominada por la necesidad de alimentar y proteger a sus familias (muchas de ellas habían quedado como único adulto de la familia, después de la desaparición de sus maridos). Además, en las poblaciones dominaba la necesidad de proteger a las familias de los allanamientos nocturnos, con los cuales los militares llevaron represiones mucho más violentas a los barrios de clase baja, que las represiones que se experimentaban en las protestas callejeras en los barrios de clase media. (Stolz, 1989: 113-115).

 

Un conflicto concreto acerca de estas tensiones se armó en la organización MUDECHI, una agrupación afiliada al MEMCH'83: Algunas mujeres de MUDECHI exigieron actividades de economía básica para generar recursos, mientras que las militantes políticas del Partido Comunista las presionaban a participar en protestas callejeras. (Valdés y Weinstein, 1993: 159-162) Una pobladora explica este tipo de tensiones entre los objetivos de las pobladoras de clase baja y las mujeres políticas y feministas de clase media con las siguientes palabras: "Yo digo que no soy feminista, porque ellas [las mujeres feministas de clase media] hablan mucho de liberación, pero nosotras siempre vamos a ser condicionadas por nuestros hijos, y si a ellos les falta comida se la tenemos que conseguir" (Schild 1992: 288)24 . Zwingel en su estudio describe estas tensiones como el resultado de una relación asimétrica entre las mujeres de las diferentes clases sociales del movimiento. Muchas de las agrupaciones femeninas de clase media tenían como objetivo la capacitación de las pobladoras o el estudio académico de su situación en las poblaciones (Zwingel, 1997: 82). Estas tensiones descritas en los últimos párrafos se mantenían presentes durante los años 80, resultando de vez en cuando en conflictos abiertos. Sin embargo, este aspecto ha sido estudiado solo marginalmente en la literatura científica actual sobre el movimiento de mujeres.

 

Los conflictos acerca de las diferentes realidades socialesaclaran que las mujeres, aunque sean organizadas en una misma organización coordinadora, no representan un actor homogéneo. Al contrario, las mujeres están influidas por diferentes categorías sociales entre las cuales el género es solamente una variable. Por lo tanto, la organización y coordinación de las mujeres de diferentes ámbitos sociales, políticos y académicos requiere un constante trabajo integrativo de parte de las organizaciones coordinadoras, para superar estas tensiones.

 

Aparte de estas tensiones por diferentes prioridades de objetivos y distintas realidades sociales que provocaron de vez en cuando críticas explícitas de algunas mujeres, hubo un tercer conflicto más complicado que superar. Con la vuelta de los partidos políticos al espacio y la movilización pública, los conflictos de estos partidos se insertaron también en el movimiento de mujeres y en MEMCH'83. En testimonios y en documentos históricos se encuentran voces reclamando que el MEMCH'83 estaba dominado por ideas del Movimiento Democrático Popular (MDP)25, una unión de partidos políticos liderado por el Partido Comunista que no aceptó el marco de la constitución del año 1980 y lo cual no se distanciaba del uso de armas para terminar con la dictadura. Nuevamente se notan retiros de agrupaciones del MEMCH'83, por ejemplo el Coordinador Nacional Sindical (CNS) que fue influido por el Partido Demócrata Cristiano que aceptaba el plebiscito como herramienta para volver a un sistema democrático(Gaviola et al., 1994: 151).

 

Lo que el análisis de los conflictos internos destaca, es que en MEMCH'83 se integraban diferentes conceptos políticos y distintas realidades sociales, que a veces chocaron y en casos extremos causaron el retiro de uno o más grupos. Por consiguiente, MEMCH'83 no logró continuamente su objetivo de coordinar agrupaciones de todos los ámbitos del movimiento, pero solamente integró la parte que se vio representada en la identidad colectiva construida por la organización. Sin embargo, ésta fue cambiando con el ambiente público. Las agrupaciones que ya no se vieron representadas en esta identidad se retiraron de la organización coordinadora. A pesar de estas fluctuaciones y estos conflictos, MEMCH'83 logró colaborar y coordinar a sus miembros en eventos y actividades públicas con muchas otras organizaciones. 

 

Conclusiones

Para resumir los resultados del análisis volveremos a las preguntas iniciales del ensayo. Acerca de la construcción de identidad colectiva se analizaron los tres ámbitos que menciona Rucht en su modelo: el autorretrato explícito, las estructuras organizativas y las estrategias de protesta. MEMCH'83 postuló como su objetivo principal la coordinación e integración de agrupaciones femeninas de diferentes ámbitos políticos de la oposición y de distintas realidades sociales. En este sentido MEMCH'83 implementó estructuras participativas y mecanismos democráticos en el área organizativa. También en el análisis de las formas de protesta destacan estrategias participativas que se manifestaron en protestas de masas en las calles, en símbolos compartidos y en actividades de solidaridad, capacitación y demandas teóricas. Por consiguiente, uno de los factores principales de la construcción de identidad colectiva en MEMCH'83 era su carácter participativo.

 

Un segundo factor principal se manifiesta en el análisis de las protestas y de la autordescripción explícita. Una gran parte de las protestas consistía en movilizaciones callejeras que provocaron confrontaciones directas con los representantes del régimen militar (Carabineros y militares). En estas confrontaciones las mujeres experimentaron la existencia de las dos contrapartes del conflicto, el "nosotros" de las mujeres y "los otros" de los uniformados. Además, el conflicto con el régimen militar se vuelve el tema principal en el autorretrato de la organización. A través de la distinción de su antagonista y al aplicar una imagen tradicional de género, MEMCH'83 se presentó como un actor unido que defiende la familia, la vida, los valores morales y pacíficos. El tema del conflicto cumple con dos funciones para el grupo: En primer lugar, facilitaba la construcción de identidad colectiva entre las diferentes mujeres, superando tensiones internas de la organización al enfocar la atención de sus integrantes en el conflicto externo. En segundo lugar, el tema del conflicto legitimaba la movilización pública de las mujeres basada en la imagen tradicional de género.

 

Estas estrategias para la construcción de identidad colectiva lograron que MEMCH'83 cumpliera en partes con su objetivo de integrar agrupaciones de todos los ámbitos del movimiento (políticos, feministas, agrupaciones de DDHH y de subsistencia económica) - aunque solamente durante cierto tiempo. Porque la heterogeneidad de las agrupaciones integradas desafiaba continuamente la identidad colectiva y la coordinación dentro de MEMCH'83.

 

La segunda pregunta inicial del ensayo apuntaba a las estrategias aplicadas para enfrentar estos conflictos internos. Al contrario de los conflictos externos, que incluso fortalecieron la unidad e identidad colectiva, los conflictos internos representaron un enorme obstáculo para la construcción de identidad colectiva en la organización coordinadora y para la cohesión del grupo MEMCH'83 se vio enfrentado a varios conflictos internos que surgieron justamente del desafío de integrar agrupaciones de clases sociales y ámbitos políticos diferentes. Un primer conflicto teórico entre agrupaciones académicas y políticas acerca de la prioridad de sus objetivos ("Democracia en el país" vs. "Democracia en la casa") no se pudo superar, así que algunas agrupaciones cuyos objetivos eran en primer lugar feministas se separaron de MEMCH'83.

 

Otro conflicto se armó entre mujeres de distintas realidades sociales. Aunque estas mujeres compartieron el objetivo de luchar contra la dictadura, la represion estatal y la movilización pública repercutieron de manera muy distinta en su vida, dependiendo de su pertenencia a una clase social. Por lo tanto, los autorretratos de las diferentes mujeres de la clase baja y la clase media divergían, lo que se refleja en sus discursos. La movilización fue legitimada en base de la propia realidad social, o sea con argumentos teórico-políticos o con argumentos practicos que destacaron las necesidades básicas como la protección y alimentación de la familia. De estas diferentes necesidades y autopercepciones resultaron tensiones que permanecían en MEMCH'83 durante el transcurso de los años 80. Pero en los documentos no hay constancia de que alguna agrupación se haya separado por esta razón. Aparentemente la identidad colectiva de MEMCH'83 era lo suficientemente flexible y amplia para integrar a las mujeres tanto de clase media como de clase baja, a pesar de sus autodescripciones diferentes.

 

Lo anterior muestra que no hay que percibir a las mujeres de un movimiento como un actor homogéneo. Las tensiones y contradicciones descritas en el ensayo muestran que un estudio acerca de la identidad colectiva de un grupo de mujeres debe considerar las diferentes categorías sociales que influyen en la identidad de cada individuo. Además, resulta que identidades colectivas tienen que ser lo suficientemente flexibles y amplias para aguantar contradicciones que resultan de la pluralidad de identidades, objetivos y realidades sociales. En el caso que la organización coordinadora enfoca su autorretrato demasiado en una sola parte de su identidad colectiva, entonces corre el riesgo de causar el retiro de algunas de las agrupaciones que originalmente quería integrar.

 

Finalmente MEMCH'83 logró en partes cumplir con su objetivo de unir y coordinar a agrupaciones de diferentes áreas sociales y políticas del movimiento femenino. La construcción de una identidad colectiva, especialmente a través de conflictos externos y de la distinción de sus antagonistas, tuvo un impacto importante en este proceso. Pero esta construcción de identidad colectiva era frágil y fue constantemente desafiada por los conflictos internos. Y cuando el ambiente nacional cambió con el retorno de los partidos políticos al espacio público, y más aún, con la transición a la democracia, los múltiples conflictos y objetivos resultaron ser tantos, que ya no era posible unir a las mujeres a través de una identidad colectiva.

 

 

Referencias Bibliograficas

Documentos históricos:

 

Notas

(1) Entre las organizaciones coordinadoras Mujeres por la Vida y MEMCH'83 existía una cooperación cercana, de la cual se transmitieron algunos panfletos y cartas abiertas de protesta.

 

(2) No se encuentran cifras exactas de la cantidad de la edición. Las informaciones acerca de ésta surgen de una entrevista con Paulina Weber (Co-Directora de MEMCH) del 26 de Marzo 2008. Para cartas desde el extranjero véase: Boletina Chilena; Vol. 2 (JUL-AGO 1984), p. 14, Boletina Chilena; Vol. 3 (SEP-OCT 1984), p. 17, Boletina Chilena; Vol. 4 (NOV-DIC 1984), p. 19, Boletina Chilena; Vol. 5 (ENE-MAR 1985), p. 19.

 

(3) Este término ya fue usado por Valdés y Weinstein en su estudio sobre las organizaciones de Pobladoras bajo el régimen militar en el año 1993 (Valdés y Weinstein, 1993: 21). Para un análisis más detallado sobre el impacto de los combios socio-económicos del gobierno militar en la situacion de las mujeres en Chile véase: Zwingel, 1997: 71, Toledo, 2001: 183-85 y Dandavati, 1996: 40-42.

 

(4) Ver Anexo. Con la afiliación de estas dos protagonistas del primer movimiento chileno de mujeres y con homenajes a ellas y sus logros, (véase: Boletina Chilena; Vol. 10 (ENE-MAR 1986), p. 15.) el MEMCH'83 recurrió a una tradición histórica que le facilitaba una cierta legitimación como coordinadora del nuevo movimiento. Elena Caffarena y Olga Poblete apoyaron significativamente en MEMCH'83, cumpliendo con su papel como fundadoras y miembros del Comité Ejecutivo del año 1984. Ellas aportaron con su larga experiencia histórica en la organización y movilización de mujeres.

 

(5) Véase: Boletina Chilena; Vol. 7 (JUN-JUL 1985), p. 10, Boletina Chilena; Vol. 14 (ENE-ABR 1987), p. 3, Boletina Chilena; Vol. 1 (MAY-JUN 1984), p. 4.

 

(6)  MEMCH'83 (2 Mayo 1986), "A la opinión publica." (FLACSO: B27_MxV_193).

 

(7) Véase: Boletina Chilena; Vol. 4 (NOV-DIC 1984), p. 15, Boletina Chilena; Vol. 6 (ABR-MAY 1985), p. 6.

 

(8) Boletina Chilena; Vol. 2 (JUL-AGO 1984), p. 10.

 

(9) Boletina Chilena; Vol. 9 (OCT-DIC 1985), p. 7.

 

(10) Boletina Chilena; Vol. 7 (JUN-JUL 1985), p. 3.

 

(11) Véase: Araya, Norma et al. (Junio 1983), "Carta-Abierta a las mujeres chilenas." Editada en Caffarena y Poblete: Anexo.

 

(12) Araya, Norma et al. (Junio 1983), "Carta-Abierta a las mujeres chilenas." Editada en Caffarena y Poblete, Anexo.

 

(13) Véase: Boletina Chilena; Vol. 10 (ENE-MAR 1986), pp. 3, 4.

 

(14) Araya, Norma et al. (Junio 1983), "Carta-Abierta a las mujeres chilenas". Editada en Caffarena y Poblete, Anexo.

 

(15) MEMCH'83 (1985), "Principios y reivindicaciones que configuran la plataforma de la mujer chilena." Editado en Gaviola et al., 1994: 238-243.

 

(16) Mujeres por la Vida et al. (30 de Octubre 1985), "Ahora de pie, por un mañana dígno" (FLACSO: B27_MxV_117).

 

(17) Véase: Mujeres por la Vida et al. (30 de Octubre 1985), "Instructivo." (FLACSO: B27_MxV_029).

 

(18) Véase: Mujeres por la Vida et al. (30 de Octubre 1985), "Instructivo." (FLACSO: B27_MxV_029).

 

(19) Véase: Mujeres por la Vida et al. (30 de Octubre 1985), "Coro" (FLACSO: B27_MxV_023).

 

(20) MEMCH'83 (13. Juli 1983), "Declaración de principios". Editada en Caffarena y Poblete: Anexo.

 

(21) Boletina Chilena; Vol. 9 (OCT-DIC 1985), p. 3.

 

(22) Véase: Boletina Chilena; Vol. 7 (JUN-JUL 1985), p. 6, Boletina Chilena; Vol. 10 (ENE-MAR 1986), p. 7,

MEMCH'83 et al. (29. April 1986), "Declaración pública." (FLACSO: B27_MxV_103).

 

(23) Testimonios parecidos exclamaron las pobladoras organizadas en MOMUPO. Véase: Baldez 2002,p.139.

 

(24) Testimonio de Eloisa citado en: Schild 1992, p. 288.

 

(25) Véase testimonios en: Molina 1986, p. 18, Dandavati 1996, pp. 86-88 y Boletín CODEPU (MAR-ABR 1988), pp. 18-19.