Introduccion

 

El presente artículo destaca resultados parciales de la investigación acerca de la Identidad Nacional, que está desarrollando el taller de diseño arquitectónico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile que dirige por el profesor Andrés Weil. El trabajo se inició con la siguiente hipótesis: La arquitectura y el orden urbano poseen la capacidad de comunicar los anhelos colectivos y ser una manifestación física del poder imperante. Es por ello que, a través de la arquitectura, se expresa y construye identidad.

 

Desde un punto de vista epistemológico, los proyectos de arquitectura son conocimiento para modificar la realidad. La propuesta arquitectónica corresponde a un conjunto de supuestos y acciones específicas que tienen por objetivo "llenar de sentido" el proceso de habitar. El valor científico de los proyectos de arquitectura radica en la capacidad de comunicar aspectos "esenciales" de la cohesión social por medio de construcciones y relaciones espacio-temporales ficticias, a través de las cuales se evidencian la identidad de un lugar y la de sus habitantes.

 

Con el objetivo específico de comprender la identidad de los chilenos, se encargó a los estudiantes una propuesta de arquitectura que "cultive" la identidad nacional en la ciudad de Santiago. Como metodología, se exploró la ciudad imaginaria que Carlos Franz describe en su ensayo La Muralla Enterrada, basado en el análisis de más de setenta novelas ambientadas en la capital de Chile. Franz descompone la ciudad en siete barrios arquetípicos: La Chimba; La Ciudadela; El Barrio Estación; El matadero; El mercado; La Ciudad de los Césares; El jardín del Edén; cada uno de los cuales representa un aspecto esencial del ser nacional. En un primer semestre académico, los estudiantes organizados en 9 grupos, desarrollaron propuestas arquitectónicas en los diversos barrios de la ciudad imaginaria que nos propone Franz. En un segundo semestre, 5 grupos de estudiantes profundizaron una de las nueve propuestas originales: el edificio del Congreso Chileno en La Chimba.

 

Dos de los coautores de este artículo participaron en la primera fase de la investigación como estudiantes proyectistas y en la segunda fase como estudiantes relatores de la investigación. En este segundo rol llegaron a un descubrimiento inesperado: La ficción en arquitectura es más real que la realidad. Fue así como rescataron una cita del sociólogo alemán Horst Rittel (1930-1990), estudioso del trabajo de arquitectos y planificadores, quien declarara a comienzos de la década de 1970 que "La forma sigue a la ficción" en una clara provocación al establishment de la época que en su mayoría adhería a los postulados del Movimiento Moderno en Arquitectura sintetizados en la famosa frase de Louis Sullivan "La forma sigue a la función". La crítica de Rittel coincidió con la decadencia del Movimiento Moderno y su obsolescencia definitiva a fines de los años setenta, abriendo una nueva perspectiva epistemológica para abordar los problemas de planificación en el mundo. En esa línea argumental se enmarcó la investigación, que consolidó la tesis de Franz por medio de la metodología proyectual de arquitectura. Descubrimos que la ciudad imaginaria es real, y que en ella habitan los sueños y los argumentos que construyen nuestra realidad. 

 

Teoría de la ficción arquitectónica

 

La llamada "muerte de los ideales" ocurrida por el desencanto del hombre postmoderno desde la implacable maquinaria del relativismo no es un duelo que haya que vivir con inapelable nostalgia; el ser humano aún mantiene la capacidad de convocatoria, se emociona, es decir, aún tiene capacidad de generar y sentirse en identidad. Actualmente más que la veracidad de las declaraciones lo que importa en ellas es su capacidad de conmover para convocar, es decir, de "hacer sentido".

 

Nuestro mundo, nuestras ciudades, nuestra cultura, nuestra forma de relacionarnos, nuestro acento, nuestro sentido del humor, nuestro imaginario colectivo y todo aquello que nos gusta llamar "nuestro" proviene del mundo de las ideas fundadas en un imaginario común. Por lo tanto es vago hablar de identidad sin hablar de ideas y de proyectos.

 

Para términos de este marco teórico, una idea es un campo ubicado entre lo real (el juicio) y lo imaginario (el prejuicio) y que históricamente, en términos de Foucault, se detona entre relaciones ambivalentes de poder (lo impuesto) y de orden (lo original) en la competencia de ideas y discursos que dan origen a lo que llamamos cultura.

 

Esta competencia de ideas ocurre en el único terreno posible para intercambiarlas, el lenguaje o el lenguajear del que nos habla Maturana (2002), que consiste en la acción de construir entornos de lenguaje a través de la conversación, la primera acción fundacional de la cultura.

 

Si la identidad es la cultura transformada en verbo y si la cultura se da en la fertilidad de la tensión de las ideas en el lenguaje, entre el poder y el orden, entonces: ¿cómo se germina una idea que nos convoque en una misma identidad?

 

En términos metodológicos planteados desde el campo de la proyección arquitectónica, para emprender la dilución de estas preguntas, hemos puesto en práctica un juego verbal de conceptos que trazaron el camino de nuestra investigación, donde a una idea le llamamos "texto", al ambiente donde se genera y desarrolla "contexto" y a su campo onírico de aspiraciones y objetivos, "meta-texto", en el que profundizaremos a continuación.

 

Texto, contexto, meta-texto y pre-texto

 

El texto es lo que entendemos por la propuesta, es el "que". El texto del proyecto considera la síntesis desde el resultado, es decir, problematiza relaciones espaciales a propósito de la función -programa- que debe tener el proyecto. Es por esto que el texto concibe el resultado principalmente desde un punto de vista referencial, es decir, con antecedentes de soluciones previamente hechas. Por lo tanto, la experiencia tanto del planificador como de quien es planificado juegan un rol fundamental en la conformación del proyecto respecto a su texto.

 

El contexto, es el "dónde" y el "cuándo" que se divide en tres tópicos fundamentales: contexto físico (urbano, topográfico, natural), contexto social (socioeconómico, político, etario, de género), y contexto simbólico/histórico o matriz identitaria surgida en el tiempo a partir de las emociones que durante la historia han experimentado en el lugar las diversas generaciones que lo han habitado (Weil, 2003).

 

El meta-texto, es el "deber ser", o el "descubrimiento de las causas del futuro". A diferencia del texto que se basa en antecedentes textuales u objetivos producto de un conocimiento pre-existente, el meta-texto se genera mediante la interacción desprejuiciada de los diversos actores que provocan un fenómeno arquitectónico. Con ese propósito, se aplica en el taller de investigación en arquitectura la metodología de la ignorancia consciente, que puede resumirse en una actitud que pone en valor "la simetría de la ignorancia" (Rittel, 1992). Se trata de una postura socrática frente al conocimiento a través de la cual se busca potenciar la creatividad asertiva y la legitimación ética de las soluciones que se proponen.  

 

Por último, el pre-texto es el encargo o la excusa a partir del cual se activa el fenómeno arquitectónico.

 

Si tenemos el "qué" (texto), el "donde"/"cuando" (contexto) y el "porqué" (meta-texto) del proyecto ¿cuál es el "cómo"? El "cómo" es la ficción, la síntesis dialéctica de la conversación entre estos tres tópicos de nuestra fenomenología en estudio. Corresponde a la declaración susceptible de hacer sentido en un proyecto de arquitectura.

 

La ficción y la construcción de identidad: El artificio de la verdad en la identidad de las culturas

 

La ficción surge como planteamiento frente a la hipótesis de cómo construir identidad. Esta idea nace al entender que cada cultura en su tiempo y espacio determinados, construyen sus propias condiciones de "verdad" válidas sólo en esa circunstancia espacio-temporal. Dicha noción de verdad es un artificio contextualizado cuya expresión de identidad es producto del entendimiento con que esa noción ha comprendido y formulado la oscilación entre los dominios de poder y orden.

 

La ficción es nuestra noción contemporánea de las verdades-artificio que nuestra época construye. Sin embargo, entendiendo la acepción semántica de la palabra ficción, se nos hace posible comprender la trascendencia de su conceptualización como mecanismo para hacer germinar y desarrollar nuestra convivencia en coherencia con nuestras cosmovisiones.

 

El concepto "ficción" en la tradición literaria occidental está muy ligado al concepto de mímesis, desarrollado en la Grecia clásica en las obras de Platón, quien consideraba a las obras ficcionales como imitaciones de los objetos reales, que a su vez eran imitaciones de las ideas puras.

 

En el proceso de investigación descubrimos que la verdad es un artificio de las culturas, cuya operatividad es relativa a su funcionamiento, siempre y cuando este se ejecute en las circunstancias para el cual fue erigido. La verdad-artificio representa ese término medio del que hablaba Foucault, siendo el fruto de la oscilación continua entre los dominios del orden y poder. Pero es en este punto donde nos interesa diferenciar a la verdad artificial de la noción de ficción.

 

Semánticamente, la ficción es una interpretación de la realidad pura, que es coherente en el mundo que construye. Esto funciona igual para el concepto de verdad-artificio. La diferencia radica en que la ficción es una declaración proveniente de nuestro deseo emocional por hermanarnos en una convivencia, por construir un relato que dé cuenta y exprese nuestra identidad y lo que queremos de ella.

 

Entendemos el término ficción fuera del contexto meramente literario, concibiéndolo como un relato que se articula con nuestra historia emocional. Una ficción convoca en la medida que provoca cohesión emocional y desarrolla el sentido de identidad; en la medida que nos fusiona en un plan común, en un deseo de hermanarnos y de construir un mundo que exprese nuestros anhelos. La ficción es el relato de lo que queremos ser, recogiendo en ello lo que fuimos y lo que somos. 

 

La investigación de arquitectura

 

En un principio, la incorporación del ensayo de Carlos Franz (2001) al Taller de diseño arquitectónico tenía como objetivo catalizar los procesos creativos de los estudiantes. El uso de textos literarios es un recurso habitual en las escuelas de arquitectura. Sin embargo la elección de este texto en particular no fue casual. La muralla enterrada corresponde a un ensayo acerca de la identidad nacional, por lo tanto su contenido estaba en directa relación con el encargo. Hay que agregar a eso que su génesis es el análisis sistemático de más de setenta novelas ambientadas en Santiago, escritas por diversos autores a lo largo del siglo XX, por lo que posee una extensa inercia cultural. En cierto modo, se trata de una construcción colectiva, lo que le otorga un gran interés metodológico para la arquitectura. El autor lo resume así:

 

Santiago; Chile: entre la muralla y el imbunche. Entre la inútil defensa de nuestras debilidades y la mutilación de nuestras posibilidades.

De esos signos leídos en los muros y los libros de Santiago, de esas lecturas nacen estos ensayos.

Lecturas que también son deseo, sueño de un desciframiento mayor: leer a Chile. Leerlo desde su capital y desde su imaginación. Leer nuestro país en el cruce de dos de sus señas de identidad más potentes: la primordial huella física de nuestra existencia, nuestra metrópolis; y la principal marca metafísica que hemos dejado en el mundo de los símbolos, nuestra imaginación literaria, nuestras ficciones.

(Franz, 2001: Págs. 19 y 20)

 

El taller definió la identidad de un lugar como una matriz cultural, acuñada a lo largo del tiempo por las emociones vividas allí, que condiciona el comportamiento del grupo humano que lo habita. En otras palabras, la identidad de los chilenos es su historia emocional, la que por ejemplo nos hace comportarnos de un modo en particular cuando juega nuestra selección y anota un gol. En relación a lo mismo, los alemanes hablan de "trabajar el pasado" (die Vergangenheit verarbeiten) a través del "cultivo de la memoria" (Denkmalpflege), acción permanente que desarrollan para vivir el presente en paz con su pasado y poder proyectarse al futuro. Volviendo a la tesis de Franz, entendemos que la tendencia a defender nuestras debilidades y a mutilar nuestras posibilidades es consecuencia de una historia emocional que no hemos cultivado, y que por lo tanto, nos limita a partir de los arquetipos del imbunche y la muralla enterrada.

 

En ese contexto se definió el encargo de arquitectura (el pre-texto): un "Centro para el desarrollo de la cultura chilena" en cada uno de los barrios arquetípicos que nos propone Carlos Franz. El objetivo de estos proyectos era "desenterrar murallas" y "desimbunchar los barrios" de la ciudad imaginaria, a través de propuestas de arquitectura en la ciudad real. 

 

El Congreso chileno en la Chimba

 

1. Origen de la propuesta

 

Dentro del contexto del encargo de "un centro para el desarrollo de la cultura chilena", los estudiantes Gonzalo Aránguiz, José Luis Mateluna, Cristian Quiñones y Felipe Silva, proponen a propósito de una revisión previa al arquetipo urbano, cultural y literario que Franz titula como la "Ciudadela" (el poder y la razón cautelada), un proyecto que comunica con éste otros dos arquetipos más: "La Chimba" (el otro lado del río, donde conviven la fiesta, la locura y la muerte) y el capítulo referido al "Espíritu del Zoco" (el espíritu de los barrios comerciales). La propuesta conjuga los tres fenómenos de manera libre y completamente desprejuiciada en una provocación de arquitectura que sugiere construir el Congreso Nacional (la ciudadela) en terrenos de "La Vega Chica" (la Chimba) en cuya primera planta articulan un programa público que ellos denominan "el bazar de la política" (el zoco). Citamos brevemente la memoria del proyecto:

 

Al emplazarse el Congreso en un lugar como la Vega, en la rivera norte del Río Mapocho, con una alta inercia cultural y presencia de todos los barrios arquetípicos de "La Muralla Enterrada", surge la necesidad de particularizar el congreso nacional en un Congreso Chileno, construyendo en él, adscrito a su programa institucional, un "Bazar de la Política" al alero del espíritu del Zoco: el mercado; como el único lugar donde se unen realmente los chilenos (de acuerdo a la tesis de Carlos Franz). Instituyendo una nueva manera de accionar en la política, "mercadeando" las propuestas con el pueblo, planteando en ello una nueva forma directa en que los congresistas se vinculen con las personas, que son las afectadas por las leyes. Al ubicar el "bazar" en este preciso sector de la ciudad, se logra desimbunchar y dar la potencia social, cultural y política al Congreso Chileno, la institución llamada a representarnos.

 

Esta última frase es clave en la construcción de ficción, ellos no hablan de un congreso nacional, sino de congreso chileno.

 

 

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Render maqueta virtual proyecto Congreso Chileno y bazar de la política en terrenos de la Vega Chica de Santiago. (2008) Estudiantes: Gonzalo Aránguiz, José Luis Mateluna, Cristian Quiñones y Felipe Silva.

 

De la dialéctica proyectual

 

El proyecto del "Congreso Nacional Chileno" se formula desde el CONTEXTO porque en verdad más que presentarnos una idea de METATEXTO desde los sueños y anhelos, lo que hace es una ficción a modo de revisión crítica del CONTEXTO actual de la impresión social de la política chilena que, una vez presentada, se articula en una coherencia con el desencanto mas que con las expectativas de dicha impresión social. El METATEXTO aparece sobre el "deber ser" del CONTEXTO urbano, donde se plantea su potencial de espacio solemne pese a estar "al otro lado del río". Así, el TEXTO, edificio del congreso, se transforma en un pretexto para decirnos algo sobre la solemnidad de un lugar imbunchado.

 

De la coherencia sensible

 

El verdadero meta-texto ocurre cuando presentan la idea de implantar el congreso nacional en un contexto urbano cuyo "deber ser", cuyo "anhelo posible", es servir de remate a un "eje solemne" que nace en la Alameda, cuando se plantea en la Chimba, La Ciudadela, cuya sumatoria evidencian una Ciudad de los Césares (el mito de la unión de todos los chilenos). Esto plantea una coherencia sensible entre el texto (el edificio del congreso) y el contexto (La Chimba) capaces de hablarnos de un meta-texto escondido detrás del desencanto político y la segregación social de nuestra sociedad.

 

Problema de la coherencia sesible

 

Precisamente en este desencanto, el diputado Patricio Hales advierte en la conferencia que da en la FAU de que lo que se presenta como edificio de Congreso, el texto, tiene un serio problema de falta de meta-texto propio cuando dice que "no reconoce la institucionalidad de la identidad del congreso". Efectivamente, la propuesta no convoca a maravillarse con la democracia, al contrario, más bien con el lugar que interviene. La forma sigue a la ficción en la presentación de un edificio cuyo programa de primera planta está abierto al público de la Chimba, para que la clase política se comunique con el pueblo a través de un bazar donde se comunican, venden y transan ideas políticas.

 

2. Desarrollo de la propuesta

 

Con el fin de profundizar en los aspectos esenciales que emanaron de la propuesta anterior, el taller encarga el semestre siguiente "Un congreso chileno en la Chimba". Antes de iniciar el proceso de diseño, se investigaron temas similares en otros países del mundo, además de experimentar visitas guiadas por parlamentarios y ex parlamentarios a los edificios del ex Congreso en Santiago y el actual Congreso en Valparaíso. En ningún momento se les solicitó a los estudiantes que evaluaran si era factible política o económicamente el traslado del Congreso. El encargo se justificó exclusivamente a partir del "cultivo del alma nacional", argumento por lo demás preponderante en la construcción de los nuevos edificios de Congreso construidos en Europa (Gales, Escocia, Alemania). La propuesta de levantar un nuevo edificio para el Congreso Nacional en los terrenos que ocupa actualmente la plaza Tirso de Molina y la Vega Chica frente al Río Mapocho, se sostiene en una condición particular del sector: es un punto de convergencia de los siete barrios arquetípicos que, según Franz, determinan nuestra identidad como nación. En palabras de Franz, el desafío fue "desenterrar murallas" y "desimbunchar" instituciones.

 

De esta investigación, analizaremos la ficción de dos proyectos diferentes, pero igualmente válidos y coherentes: Un edificio de congreso que se vuelca sobre la caja del río titulado "Conquista emocional del Rio Mapocho" de los alumnos chilenos Mónica Barcaza, Pilar Beltrán, Stephan Puschel, Natalia Ulloa y otro inserto en la actual trama urbana del sector en inspirado en un artificio propio de la política: "La lectura entre líneas" de los alumnos de intercambio Roberto De Uña Gómez, Xavier Gabarrot, Pedro García Alcázar, Antoine Ragonneau, Samuel Raturat.

 

Proyecto conquista Emocional del Río Mapocho:

 

El proyecto surge en la idea de conciliar la Chimba y la Ciudadela, conquistando y habitando el límite histórico entre ellas: el Río Mapocho. Conquistar el río implica traer lo corpóreo de la chimba a la ciudadela, y llevar lo verbal de la ciudadela hacia la chimba. Se construye una playa, floreada, arbolada en la rivera sur del río (Ciudadela), mientras que hacia el norte (Chimba), se erige el Congreso Nacional, cuyas cámaras de representación se posan sobre el río como parte del paisaje. Además, al devolver la rivera al río Mapocho, se desentierran literalmente los tajamares del Mapocho, restituyendo la grandiosidad de su paseo a la vida pública y cotidiana de la ciudad.

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Maqueta Proyecto Para el Congreso Nacional de Chile en terrenos de la Vega Chica de Santiago. (2009) Estudiantes : Mónica Barcaza, Pilar Beltrán, Stephan Puschel, Natalia Ulloa.

 

"Traer el poder de la ciudadela a la chimba y llevar el alma de la chimba a la ciudadela"

 

De la dialéctica proyectual

 

El proyecto presenta una ficción compleja que hila desde el texto, contexto y meta-texto como una suerte de red de multi-relaciones. El encargo programático -congreso en sí- (texto) es desmembrado en función del contexto, repartiéndolo entre el río Mapocho (las cámaras de representatividad) y el plano (las torres de parlamentarios y administración). Esta acción, ejecutada como una ficción efectista, conlleva la expresión de un meta-texto con una alta carga simbólica al sumar una nueva oferta programática: reanimar el carácter originario del río, devolviéndole una nueva "playa urbana" en su rivera sur, aterrazándose en un anfiteatro paisajístico hacia el Congreso.

 

De la coherencia sensible

 

La ficción presentada por este proyecto conlleva una coherencia altamente sensible, pues mantiene un diálogo dinámico y constante entre las tres partes de la dialéctica proyectual, en la cual cada una construye a la otra: Entre el texto y el contexto, se concibe la repartición del programa, entre el texto y el meta-texto se desarrolla el aterrazamiento, y entre el contexto y el meta-texto, se restituye la condición emocional del Río Mapocho en la historia y geografía santiaguina. Además, el proyecto hace igualmente sentido al dialogar en su totalidad como intervención urbana, con la historia emocional de La Chimba y de La Ciudadela, llevando el poder -congreso- hacia una y trayendo la vida y lo natural -el río- hacia la otra. La forma sigue la ficción en este proyecto y hace sentido al construir desde el meta-texto, es decir, desde el ámbito simbólico que se instituye en el Río Mapocho, la imagen de un Congreso que se Comunica con un lugar, con una historia (contexto), y con una institucional (texto) común para todos los habitantes.

 

Proyecto Política, poder y ciudadanía entre líneas

 

El edificio sintetiza el programa del congreso en la idea de placa-torre, alojando en la placa las cámaras, el pleno y los programas de apoyo, y en las torres, las oficinas de los parlamentarios. Su imagen urbana constituye un portal de acceso monumental al lado norte de la ciudad e incorpora visualmente los elementos naturales a través de un abalconamiento del edificio, en un gran vacío habitable sobre la placa representativa, como un anfiteatro que invita a subir hacia la plataforma.

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Imágenes del proyecto "Política, poder y ciudadanía entre líneas" (2009) de los estudiantes Roberto De Uña Gómez, Xavier Gabarrot, Pedro García Alcázar, Antoine Ragonneau, Samuel Raturat (la mirada de franceses y españoles de intercambio en Chile).

 

De la Dialéctica Proyectual

 

Lectura entre líneas de las relaciones entre el parlamento y la ciudadanía. El proyecto se mantiene equilibrado entre el programa del congreso (texto), el rol solemne de la labor representativa de los congresistas y de su edificio (meta-texto) y la expresión propia del lugar (contexto) representada en el programa del bazar de la política que rescatan del proyecto original. El edificio se emplaza en los límites del terreno propuesto reconociendo la actual trama urbana. Por medio de planos curvos, que en elevación se leen como líneas corpóreas, se relaciona el plano público de la vega chica con una plaza ciudadana sobre los salones del congreso que invitan a pasear y admirar el contexto geográfico de ese lugar de Santiago.

 

De la Coherencia Sensible

 

El edificio del congreso se emplaza con sutileza y elegancia en un lugar que tiene un intenso uso comercial. Por medio de planos sinuosos que relacionan la calle con una plaza mirador en la cubierta del los salones del congreso, se pone en valor el contexto geográfico y social que caracterizan nuestra identidad. La forma sigue a la ficción, al proponer un edificio solemne pero blando en su expresión formal, rígido en su emplazamiento pero amable con la ciudadanía, una ficción que nos invita a imaginar un país distinto, que incluye a todos en un dialogo respetable y respetuoso, ambiguo y tolerante, lúdico y negociador. 

 

Conclusión

 

La arquitectura genera conocimiento a partir de una problemática epistemológica diferente a la ciencia. En arquitectura no sirve especular en torno las causas de un problema, sino que el foco de atención está puesto en soluciones que hagan sentido a las personas en su proceso de habitar el mundo. Como tal, es una expresión concreta de un fenómeno invisible, la identidad, fenómeno esencial que estructura nuestra comprensión de la realidad. A través de las ficciones arquitectónicas, es posible auscultar la identidad de lugares y las sociedades que lo habitan, generando un tipo de conocimiento fundamental para la acción política. No en vano, en muchos países la arquitectura ha sido y sigue siendo un asunto de estado.

 

 

Referencias Bibliograficas