Fernández, A. M. y col.

 

Política y subjetividad. Asambleas barriales y fábricas recuperadas, de A. M. Fernández y col 1

 

(3ª Edición) Biblos

Buenos Aires, 2011

 

El 19 y 20 de diciembre de 2001 se produjeron, en distintos puntos de Argentina y especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, múltiples protestas que fueron desde saqueos a comercios hasta "cacerolazos"2. El efecto inmediato del reclamo de "que se vayan todos [los políticos]" fue la renuncia del entonces Presidente, Fernando de la Rúa, y el inicio de un período de transición que culminó con el triunfo de Néstor Kirchner en las elecciones del 2003. A partir de estos sucesos cobraron también relieve otros procesos, ligados a la construcción de nuevos espacios de acción política, entre ellos las asambleas barriales y las fábricas recuperadas por sus trabajadores3.

 

Ana María Fernández y su equipo de investigación dedicado a la psicología de grupos4 se abocaron entonces a una indagación de lo que allí se estaba gestando, fruto de la cual elaboraron Política y subjetividad. Asambleas barriales y fábricas recuperadas. El volumen compila artículos escritos entre febrero de 2002 -a dos meses del "cacerolazo"- y noviembre de 2005 -momento en que muchas asambleas se habían "desgranado"5 y otras habían "devenido"6 hacia emprendimientos duraderos-. Fue publicado por primera vez en 2006, y en 2011 alcanza su tercera edición.

 

Política y subjetividad combina artículos donde la escritura no oculta las marcas de haber sido realizada "en caliente", con otros que reflexionan acerca de la relación entre los acontecimientos y algunos problemas de la filosofía contemporánea. El volumen incluye una entrevista realizada a los investigadores por el colectivo Situaciones, donde revisitan el trabajo y explicitan los supuestos que lo organizan. Se divide luego en tres partes: una dedicada a las asambleas barriales, otra a las fábricas recuperadas7 y una tercera donde Fernández reflexiona acerca de las lógicas de la multiplicidad y su fecundidad para analizar fenómenos sociales. La impronta de Deleuze, Negri, Castoriadis y Foucault impregna la mirada de estos ensayos sobre los dispositivos autogestivos y las transformaciones subjetivas que implicaron.

 

El libro sostiene que la especificidad de la singularidad política producida a partir de diciembre de 2001 radica en que, a diferencia de partidos políticos y sindicatos, las asambleas y las fábricas recuperadas privilegiaron la organización horizontal y autogestiva. Estas formas colectivas de accionar cuestionan las lógicas institucionales -de la representación, la jerarquía y la delegación- e instalan nuevas situaciones de manera rizomática, que sientan las condiciones de posibilidad para la construcción de autonomía8.

 

¿Cómo pensar la radicalidad política a la luz de estos "experienciarios"9, que no solo subvierten las formas instituidas de la política, sino que también transforman la subjetividad de sus protagonistas? La especificidad de estos espacios sociocomunitarios (ni públicos ni privados) está dada por sus "invenciones", fruto de la resistencia a diversas formas de expulsión social derivadas de la aplicación del modelo neoliberal durante la década del '90. La invención política de asambleas y fábricas radica en que, en medio de la crisis, construyeron lo público-común, resistiendo a la burocratización y a los intentos de cooptación por parte de instituciones estatales o partidarias. "A contramano" de las instituciones y del desamparo, la "invención barrial"10 de estos colectivos mantuvo en su interior la diversidad y las tensiones que ésta implica, y fue más allá de un puro reclamo: aportaron un plus en términos productivos, políticos, legales y subjetivos.

 

La producción de subjetividad en estos nuevos dispositivos contrasta con las formas en que la Modernidad caracterizó al sujeto. Así, lo subjetivo está en permanente devenir: no sólo es efecto de modos de subjetivación, sino que también alberga potencias de invención y de alteración de lo instituido. La subjetividad así entendida no coincide con el sujeto psíquico, sino que engloba acciones y prácticas donde lo corporal y sus intensidades cobran especial relevancia.

 

Según los autores, asambleas barriales y fábricas recuperadas obligan a plantear la dimensión política de la subjetividad: a dar cuenta no solo de la política del deseo, sino también de las dimensiones deseantes de la política. Cuestionan las concepciones que separan individuo y sociedad, volviendo inconciliables política y deseo, política y cuerpo. Los "juguetes rabiosos"11 de asambleas y fábricas muestran que otras formas de producción son posibles; inventan nuevas formas de hacer política y reformulan los lazos sociales en contra de la "producción de soledades"12 (como la apatía o el aislamiento) propia del capitalismo.

 

La subjetividad no puede ser entonces desvinculada del cuerpo. Si las lógicas fabriles del disciplinamiento habían desarrollado dos formas de subjetivación dominantes -la del patrón y la del trabajador-, la "invención subjetiva" de las fábricas sin patrón descompone los cuerpos dóciles de clase: devienen ahora cuerpos en guardia, que quiebran una suerte de "anestesia corporal" que los "enajenaba"13 respecto de sus necesidades y sensaciones, haciéndolos funcionales a la obediencia. Entonces, el cuerpo no es solo el receptáculo de dispositivos de control, sino también un espacio donde el poder puede ser resistido. Los cuerpos no son solo intervenidos, sino intervinientes.

 

Los autores marcan posición respecto de líneas de análisis que no suscriben. Además de la distancia con la filosofía moderna, se entrevé una discusión con un marxismo reduccionista que tacharía de reproductivista toda acción que no tuviese como objetivo la revolución, o que reivindicaría a la vanguardia como conductora de las masas, líneas que difícilmente puedan encontrarse en el marxismo actual. Emplean, sin embargo, el vocabulario de la alienación y la conciencia de clase vinculado a los marxismos derivados del "joven Marx"14.

 

Otra línea de disputas se entabla con el psicoanálisis, enmarcada en una discusión más amplia acerca del rol de la universidad en la producción de conocimiento15. Los acontecimientos de 2001 desafiaron a los psicólogos, acostumbrados a escudriñar el pasado individual, pero menos adaptados a tratar con los "enfermos de futuro"16 y con fenómenos colectivos. Además, en lo que respecta al cuerpo organizado por lo simbólico, los autores señalan que las intensidades corporales no son reductibles al lenguaje: los cuerpos contemporáneos son una presencia abrupta que obliga a "pensar de otro modo lo ya sabido"17, cuestionando las lecturas dogmáticas de los padres fundadores. Finalmente, sostienen que los movimientos políticos de un colectivo posibilitan resubjetivaciones, por lo que la subjetividad dista de ser una mera repetición de estructuras infantiles.

 

El equipo se distancia también de quienes acusan a asambleas y cacerolazos de no haber concretado un programa político duradero o de reducirse a un reclamo "clasemediero": tanto el haber pensado que las asambleas y las fábricas eran el inicio de un movimiento emancipatorio autonomista de alcance general, como el haber tomado la consigna "que se vayan todos" literalmente, desvían la atención respecto de la real innovación de estas experiencias. No puede decirse que estos movimientos no hayan cumplido con su propósito, porque la potencia enunciativa del "que se vayan todos" radica en su capacidad de señalar, en su propia inviabilidad, la necesidad de una invención política. Los autores agregan que tampoco puede hablarse de la emergencia de un nuevo sujeto de la política, sino solo de condiciones que habilitan -sin asegurar- el desarrollo de procesos de autonomía. La lucidez de esta precaución de no idealizar las experiencias analizadas se vuelve por momentos difusa: la escritura realizada al calor de las "revueltas" tiñe el análisis con las ilusiones de sus protagonistas.

 

El empleo del andamiaje conceptual muestra ciertas limitaciones cuando se pretende salir de la reflexión acerca de la producción de subjetividad hacia terrenos más amplios de lo social. Conceptualizar al Estado como mera "máquina de impedir"18 resulta insuficiente para pensar la complejidad de los procesos sociales en general, y los de la última década en Argentina en particular. La esencialización que se procura evitar cuando se piensa en los dispositivos asamblearios se traslada a partidos políticos, sindicatos e instituciones de gobierno, punto en el cual la investigación adopta las categorías nativas y hace suya la consigna "que se vayan todos".

 

La reedición de este volumen, a diez años de los "cacerolazos", invita a leerlo como lo que Foucault llamaría un monumento. Indudablemente, su mayor contribución es la de haber sido escrito simultáneamente a los sucesos. Cada capítulo lleva como subtítulo su fecha de redacción, dato indispensable para su abordaje porque muchas de las tesis que sostienen merecen ser analizadas hoy bajo una nueva luz.

 


Referencias Bibliograficas


Fernández, A. M. y col. (2011). Política y subjetividad. Asambleas barriales y fábricas recuperadas (3ª Ed.). Buenos Aires: Biblos.

Foucault, Michel (1970). Arqueología del saber. México: Siglo XXI.

 

Notas

1)Fernández, A. M. y col. (2011) Política y subjetividad. Asambleas barriales y fábricas recuperadas (3ª Ed.). Buenos Aires: Biblos. 267 págs. ISBN: 978-950-786-660-9. (1ª Ed.: Tinta Limón, 2006).

 

2)Así se denominó a las movilizaciones masivas donde los manifestantes golpeaban ollas en repudio a medidas económicas como la del "Corralito", que decretaba la retención por los bancos de todos los depósitos a plazo fijo, combinada con una devaluación de la moneda nacional.

 

3)Según datos aportados por los autores, las "fábricas sin patrón" llegaron a ser 170, involucrando alrededor de 12.000 trabajadores. Se originaron mayormente debido al vaciamiento que los propietarios hicieron de las fábricas antes de llegar a la quiebra, lo cual hizo que las instalaciones estuvieran en condiciones para retomar la producción.

 

4)Correspondiente a la Cátedra I de Teoría y Técnica de Grupos, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.

 

5)Cf. Cap. IV: "Las asambleas hoy".

 

6)Cf. Cap. VII: "Algunos devenires asamblearios: Economía solidaria, economía de resistencia y movida cultural".

 

7)Trabajan especialmente el caso de la textil Brukman, luego denominada "Cooperativa de Trabajadores 18 de Diciembre".

 

8)"Autonomía" en el sentido que Castoriadis asigna al término.

 

9)Cf. "Introducción".

 

10)Cf. Cap. XI: "Lógicas colectivas de la multiplicidad: Cuerpos, pasiones, políticas".

 

11)Cf. Cap. II: "Los juguetes rabiosos de los barrios: la lógica situacional de las asambleas".

 

12)Cf. Cap. XI: "Lógicas colectivas de la multiplicidad: Cuerpos, pasiones, políticas".

 

13)Cf. Cap. X: "La invención de las fábricas sin patrón".

 

14)Cf. Cap. X: "La invención de las fábricas sin patrón".

 

15)Cf. especialmente: Cap. IV: "Situaciones que interpelan saberes"; Cap. V: "Desafíos académicos en la revuelta social".

 

16)Cf. Cap. IV: "Situaciones que interpelan saberes".

 

17)Cf. Cap. IV: "Situaciones que interpelan saberes".

 

18)Cf. Cap. VI: "Las asambleas hoy".