Introducción

A lo largo de la historia latinoamericana, los procesos migratorios han determinado de manera decisiva el desarrollo y la formación del territorio. Como lo explica Wehr (2006: 9), esta región ha sido receptora de significativas olas de inmigrantes europeos y se convirtió durante el siglo XX en una zona expulsora de emigrantes principalmente masculina. La industrialización, la inaccesibilidad a la tierra, el desempleo, los conflictos armados y las dictaduras son algunas de las razones que han motivado este movimiento. Desde algunos años el tema migratorio y sus consecuencias se enfatizan a menudo en los medios de comunicación. Reconocidos académicos han estudiado los efectos luego del aumento de latinoamericanos en los países que se han convertido en receptores. Se investiga los cambios de identidad, sociales, políticos y económicos de las comunidades latinas residentes, en su mayoría, en los Estados Unidos. Se puede observar que estos estudios demuestran las transformaciones tanto para los emigrantes en general en su nuevo país de residencia, como los cambios sociales y lo que aportan a su nuevo entorno, pero ¿cuáles son los cambios para los que se quedan 1? Se ha estudiado por un largo período la incidencia de las remesas para las familias beneficiadas, sin embargo, ¿cuáles son las modificaciones sociales que padecen la familia del emigrante al perder su integrante masculino?, ¿cuál es el nuevo rol de la mujer en esta familia transnacional?    

 

Este trabajo pretende señalar y analizar las alteraciones que se producen en el núcleo familiar y más precisamente en el nuevo rol que cumple la mujer luego de la emigración del esposo. Se toma como país modelo a Guatemala -parte del Gran Caribe  2por su ubicación estratégica, su larga y constante presencia en las olas migratorias dentro de la región centroamericana. Otra de las características por las que se eligió este país es la tradicional división laboral dentro de la pareja y la migración mayoritariamente masculina. Se presentará un breve recorrido histórico de estos movimientos en el país, de esta manera contextualizar una descripción del migrante promedio y así, llegar al foco del ensayo: destacar las principales transformaciones en el entorno familiar guatemalteco en consecuencia a las migraciones masculinas hacia "el Norte". Los cambios suelen ser ambiguos y contradictorios: pueden llevar a la desintegración de la familia, el aumento de la vulnerabilidad o el empoderamiento de la mujer, nuevos roles para ella, y el posible aumento de la participación femenina en organizaciones locales y en liderazgo.  

 

Guatemala y la emigración

 

Guatemala adolece, como la mayoría de los países centroamericanos, de las principales características que contribuyen a la emigración: inestabilidad política, baja generación de empleo, alta tasa de violencia y delincuencia, catástrofes naturales, etc. Conjuntamente, 56.2% de la población se encuentra en situación de pobreza - 21.5% de ésta subsiste con el equivalente a un dólar diario- y 28% de la población es analfabeta (Galeano, 2006: 27). Estos elementos, añadido la historia que ha tenido Guatemala, hacen de éste un país con una alta tasa de emigrantes mayoritariamente masculina. Se estima que cada año entre 6.000 y 12.000 guatemaltecos cruzan la frontera a través de México con destino a los Estados Unidos  (Smith, 2006: 74). Asimismo, según las estadísticas, cerca de un millón de guatemaltecos residen en los Estados Unidos -de manera legal o indocumentada-, 60.000 son deportados desde México y 2 500 desde Estados Unidos cada año (ibídem)

 

Tendencias migratorias en Guatemala 

 

Gracias a su posición geográfica, Guatemala es el país con el mayor flujo de migración en América Central. No solamente es propulsor de un número considerable de emigrantes hacia "el Norte", sino también es el país de tránsito por más de 90% de los emigrantes del istmo centroamericano (Italia, 2009: 181). Durante toda su historia, se ha observado distintos y simultáneos movimientos migratorios. Se destaca como primera tendencia migratoria la movilidad estatal y temporal (ibídem) o temporal interna y transfronteriza (Caballeros, 2007: 1), en parte fuertemente realizada por los trabajadores agrícolas. Como lo subraya Pelligrino (2001: 39), Guatemala logró abrirse hacia la modernización y transformarse en una economía capitalista de manera más tardía que los demás países de América Latina. Asimismo, la repartición de las tierras favorecía de manera eminente a la oligarquía terrateniente 3. La incapacidad de poseer una tierra cultivable constriñó a la población a buscar trabajo en las tierras cafetaleras 4 durante las cosechas. Caballeros (2007: 1) cuenta las razones de este movimiento migratorio: "un factor explicativo, en la prolongación de estas migraciones es la polarizada estructura agraria y la prolongación de las relaciones de servidumbre, sustrato sobre donde se erigieron las relaciones laborales y económicas en el agro guatemalteco. Dicha relación hunde sus raíces en la colonia y se ha ido matizando de acuerdo a intereses  republicanos, liberales y capitalistas, hasta el sol de hoy". El mismo autor estima que 300.000 guatemaltecos trabajan anualmente en las fincas de café, plátano, azúcar, etc. Actualmente, todavía se observa a un número significativo de personas -hombres y mujeres- que cruzan la frontera mexicana para trabajar durante las cosechas de café en la región de Chiapas 5. Una de las razones principales de este movimiento laboral son las remuneraciones más altas. En efecto, los sueldos se estimaban hasta un 50% más altos que en Guatemala (Smith, 2006: 75). 

 

La segunda tendencia migratoria que se produce en Guatemala se remonta a los años 40, y corresponde a la migración campo-ciudad. Luego, entre los años 1950 y 1964, se desarrolló el mayor flujo migratorio "impulsado por la diversificación agrícola, la industrialización y la modernización productiva" (Italia, 2009: 182). Este éxodo rural se dirigió hacia la capital guatemalteca y la región sur-occidente del país. Asimismo, para explicar este movimiento hacia la ciudad, Mahler y Ugrina (2006: 5) subrayan otro aspecto precursor y poco reconocido: la degradación medioambiental 6. Con más actualidad, se puede destacar dentro de los fenómenos climáticos, los huracanes y los terremotos. Sin embargo, estas catástrofes naturales no tienden hacia la urbanización, sino hacia mayor emigración internacional 7. Otro aspecto relevante en relación a la tierra fue la pérdida de los pequeños agricultores debido al surgimiento de las grandes multinacionales. Estos trabajadores 8 -al reubicarse en la ciudad- se encuentran en condiciones muy precarias. Una de las consecuencias más notables y preocupantes para el país es el alza de trabajadores informales, quienes son el resultado de la alta tasa de desempleo. 

 

La guerra civil entre 1960 y 1996 cambió fuertemente los movimientos migratorios en Guatemala. La violencia y las violaciones de Derechos Humanos 9 obligaron a miles de guatemaltecos y guatemaltecas a huir del país y refugiarse en México, Canadá o Estados Unidos. Uno de los elementos precursores de esta iniciativa fue el golpe de Estado a Jacob Arbenz (1954), primer presidente elegido de manera democrática, quien hizo el intento de realizar un tipo de reforma agraria, en la que habría expulsando a la United Fruit Company. Como lo explica Le Bot (1992: 16) "se trataba de edificar un Estado moderno y de convertirlo en promotor del capitalismo nacional". Sin Embargo, "los Estados Unidos, dentro de la visión de la "guerra fría" consideraron, [...] que lo que ocurría en Guatemala ponía en peligro la estabilidad y la seguridad del continente americano, calificándolo como filocomunista" (UNOPS, 1999: 81). Los años 80 fueron los más violentos y obligaron a miles de guatemaltecos a migrar y refugiarse, esto en consecuencia de "la política contrainsurgente fundamentada en la doctrina de seguridad nacional, que sirvió de manto protector para garantizar la impunidad de los asesinatos selectivos, colectivos, desapariciones forzadas, masacres, y destrucción completa de comunidades" (Galeano, 2006: 12). Como lo señala Olmos (2003: 1), los conflictos armados produjeron una fuerte emigración hacia "el Norte" y un número considerable de refugiados políticos 10. Este desplazamiento de la población ha sido padecido principalmente por familias de bajo recursos económicos y de origen indígena. En su totalidad, se estima que 400.000 guatemaltecos y guatemaltecas se han exiliado del país (Smith, 2006: 75). Con la apertura de los acuerdos de paz en 1996, un número significativo de guatemaltecos tomaron el camino del regreso 11.

 

¿Quiénes son los emigrantes guatemaltecos en la actualidad? 

 

En el caso de Guatemala, la mayoría de los emigrantes son varones que se encuentran en una edad donde comienzan a desarrollar una alta actividad económica (Galeano, 2006: 28). Al observar las migraciones internacionales y según los datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM, 2003: 26), los hombres representan 72.7% de las migraciones, contra 27.3% de mujeres 12. La mayoría de quienes cruzan la frontera se establecen en los Estados Unidos -destino para 94.8% de los guatemaltecos-. A modo indicativo y siempre según la OIM (Ibídem: 26), éstos residen en Los Ángeles (32.3%), Nueva York (10.2%) y Miami (7.8%). El 70% de los que se marchan hacia el extranjero están en la franja de edad de los 15-29 años 13. Asimismo, los niveles educativos son bastante bajos con un 53.8% de los emigrantes con un nivel primario -completo o incompleto-. Un último dato relevante para este estudio sería la relación de parentesco con las personas que se quedan. Según la OIM (2003: 28), 51.0% son hijos de jefes de hogares y 17% son esposos. El género masculino y la relación de parentesco son dos de los elementos básicos para entender los cambios fundamentales en la familia guatemalteca.

 

La familia transnacional como nuevo modelo en Guatemala

 

El entorno familiar guatemalteco se ve muy influenciado por las migraciones mayoritariamente varoniles. Los cambios son eminentes y obligan una redefinición conceptual de la familia. La familia desde un principio se presenta como un "grupo social caracterizado por la residencia común, la cooperación económica y la reproducción" (Caballeros, 2010: 2). La marcha de un miembro de la familia - por lo general el padre- al extranjero, vuelve a definir los objetivos de este grupo social. Si antes se vivía con un núcleo familiar extenso: padres, abuelos, tíos, etc.- ahora, las nuevas realidades migratorias crean el concepto de una familia transnacional. Este término reciente nace de la idea de migraciones transnacionales, el que se define como "un fenómeno dentro del cual los migrantes mantienen y promueven relaciones entre el país donde residen, su tierra natal y comunidades locales" (Mahler y Ugrina, 2006: 11) 14. La familia transnacional según Caballeros (2010: 4) complementa y especifica esta tendencia al nivel más privado y personal, explicándolo como "una familia que tiene miembros de parentesco inmediato en varios países simultáneamente, que mantiene comunicación y sentido de unidad familiar, que tiene intercambio de bienes y servicios y una circularidad de presencia física, aunque esta no sea frecuente". Se refiere entonces al hecho que uno o varios miembros se encuentran viviendo físicamente en distintos países y que la familia debe mantenerse a través de las fronteras (Zapata, Martínez, 2009: 1753). Es decir que se representa siendo un "espacio familiar y vínculos afectivos de confianza en un contexto en el que las conexiones están geográficamente dispersas" (Parella, 2007: 152) 15. Este nuevo concepto causa una serie de cambios sociales, tanto para la familia como para la mujer.

 

Las remesas sociales: muchas veces olvidadas

 

Cuando se habla de remesas, las definiciones que se evocan se relacionan con su contexto económico. Este tipo de remesas ha sido el más estudiado, debido a que es el elemento principal que motiva la emigración hoy día en Guatemala. Las remesas se pueden definir "como transferencias de remuneraciones o del monto acumulado de riqueza que hacen los inmigrantes individuales a su país de origen" (Stefoni, 2008: 8). Como referencia, en 2004 Guatemala fue el país que recibió mayor proporción de remesas en América Central - 3.700 millones de dólares- lo que representa un 12% de su Producto Interior Bruto (PIB) (Italia, 2009: 187). Asimismo, se ha demostrado que las remesas se destacan por tener un papel muy importante para disminuir la pobreza y optimizar las condiciones de prosperidad de los hogares que las reciben (Ibídem). Sin embargo, las posiciones frente a esta afirmación no son claras, y por lo tanto son todavía muy discutibles.

 

Otro aspecto muy significativo son las llamadas remesas sociales. Sin equívoco, el punto más interesante dentro de  este ensayo, debido a que remiten a los cambios sociales que aporta la migración en el país de origen. Las remesas sociales incluyen el "conjunto de ideas, culturas, educación y prácticas que fluyen desde el país de destino hacia el país de origen" (Girón Solórzano, 2007: 12). Se definen también más precisamente como: "cambios ejecutados y adoptados por la familia/comunidad en Guatemala: desde su vivienda, sus patrones de consumo, sus relaciones de género, la tecnología, el trabajo, los cambios culturales en alimentos, música, vestido, rituales, y los cambios en formas de organización social, política y práctica de la democracia y justicia" (Ugalde y Peláez, 2009: 256).

 

Estas remesas sociales causan un gran impacto en las familias del emigrante. Estos movimientos implican que existan cambios dentro del hogar, que cada miembro del entorno de emigrante tome nuevos roles. Como lo explica Stefoni (2008: 3), estos cambios se producen paulatinamente y no necesariamente de manera consciente. Un ejemplo que se debe resaltar son las transformaciones dentro de las definiciones de género - masculino y femenino- y la implicación de los posibles nuevos roles que pueden adoptar, que cambien las responsabilidades dentro de la familia y la comunidad para las mujeres guatemaltecas.  

 

Consecuencias sociales de las emigraciones dentro de la familia

 

Se considera a la familia como "la institución social que regula, orienta y confiere significado social y cultural a la reproducción y a la sexualidad, y se funda en relaciones de parentesco" (Ugalde y Peláez, 2009: 225). Dentro de ésta, la emigración de un miembro es una situación dolorosa, que cambia de manera eminente su estructura. Al momento de observar las consecuencias tras la salida del "jefe del hogar", se percibe la influencia en cada miembro -tanto la mujer como los hijos- y cómo puede alternar las relaciones entre sus miembros, la comunicación y socialización, además de los roles y las responsabilidades para los miembros de la familia que se quedan (Caballeros, 2010: 5). De esta forma se obliga a recomponer la estructura familiar.

 

Al momento de estudiar los cambios sociales con respecto a la familia y la emigración, uno de los cambios que más llama la atención es su posible desintegración. La familia, luego del establecimiento del emigrante masculino en su lugar de destino, debe reorganizar los lazos de comunicación y aprender a vivir de forma unida a pesar de la distancia. Un aspecto interesante a destacar es que, según se investigó, las parejas transnacionales guatemaltecas tienen una tasa de divorcio igual a la de las parejas que no padecen de migración (Caballeros, 2010: 9). Es decir, la emigración no es un factor dominante que influya sustancialmente en el divorcio. Sin embargo, a pesar de que no se han divorciado oficialmente, no siempre la familia se queda unida. De ahí se incrementa la desintegración de la familia. Asimismo, se puede observar las "relaciones de pareja y de familia con alto deterioro, los conflictos tensionan los vínculos y en muchos casos serán éstos las causas de rupturas conyugales o de agudos enfrentamientos familiares" (Arriaga, Rodriguez Contreras, 2008: 21). Además, son varios los casos en el cual el padre, con el curso de los años afuera de su país de origen, suele desaparecer y deja de tomar contacto con la familia. Este corte significa también un paro del envío de las remesas. La perdida no se mide únicamente al nivel de la familia, sino también al nivel económico. Sin embargo, es importante resaltar que no todas las separaciones son consecuencias de las migraciones, sino que hay otros factores que pueden influenciar esta acción (Peláez, Ugalde, 2006: 25). 

 

Muchas familias logran funcionar a distancia. Las nuevas tecnologías de comunicaciones -tales como el correo electrónico, el Skype y los celulares- permiten para el emigrante masculino poder mantener la relación tanto con la pareja, como los hijos. De esta manera, el emigrante -muchas veces el padre- puede lograr una cierta sensación de cercanía dentro de la familia. El nivel de comunicación depende de cada familia, pero por lo general, sirve para informar del estado de esta, y sus necesidades, los comportamientos de los niños, la vida en comunidad, tomar posición durante la toma de decisiones en el hogar, la vida en el país de destino, los desafíos, etc. (Peláez, Ugalde, 2006: 31). Como lo explica Caballeros (2010: 5), "este tipo de experiencia mantienen viva la posibilidad de retorno y la construcción de un futuro común, aun cuando han transcurrido más de 20 años de experiencia migratoria". 

 

Luego de la salida del padre de familia, todo entorno debe reorganizarse y aprender a vivir sin el hombre que tradicionalmente manda en el hogar. La mujer se ve entonces sobrecargada de responsabilidad. Al nivel familiar, es muy común que los hijos mayores asuman el rol de cuidador de los hermanos menores. Este tipo de responsabilidades puede llevar a producir un adelanto al paso a la adultez para estos niños, debido a su aumento rápido de deberes. También, como lo resalta Galeano (2006: 29), en el caso que las remesas no corresponden a lo esperado, puede tener como consecuencia negativa la obligación "a los niños y niñas a suspender los estudios y a sustituir sus actividades habituales para emplearse con el fin de ayudar a la madre a obtener el dinero suficiente para sobrevivir". Sin embargo, como se demuestra más adelante, la emigración aumenta muchas veces el nivel educativo de los niños.

 

Se entiende que "la migración de cualquier tipo puede generar - [...] [para] los que se quedan, esposa, niños- una situación de crisis, un duelo permanente ante la ruptura, la separación o arrancamiento, los miembros de la familia se llenan de temores e incertidumbres" (Arriaga, Rodriguez Contreras, 2008: 16).  Como se explica en la cita anterior, los miembros de la familia padecen cambios psicológicos que influencian el nuevo entorno en el que se debe vivir luego de la ida de un miembro del hogar. Para los niños, la inseguridad frente al regreso del padre es incierta y puede causar una sensación de abandono. Este momento genera aún más impacto al momento de observar la situación que se genera con las migraciones indocumentadas. Las posibilidades de volver son mucho más inseguras e imprecisas en su duración e impone un futuro incierto. El elemento que también se debe considerar frente al nivel de inseguridad de los niños -dependiendo de la edad- es la forma en la cual se va el integrante hacia los Estados Unidos. Los riesgos para cruzar la frontera de manera ilegal son conocidos, y estas historias o imágenes de lo que podría ocurrir pueden hasta lograr un trauma a los niños. Luego de la cruzada, la capacidad de adaptación y las oportunidades laborales en el país de destino del emigrante masculino pueden ayudar de manera sustancial a bajar el nivel de inquietud, teniendo certeza de que el padre se encuentra a salvo.

 

Relacionado a este tema, la ausencia del modelo paternal 16 en el caso de los niños puede causar dificultad de desarrollo y de integración social. Algunos de los problemas que los infantes pueden padecer son: un bajo rendimiento escolar, depresión, violencia y rebeldía hacia los miembros de la familia (Caballeros, 2010: 6). Esta ausencia también puede causar una incertidumbre fuerte para  quienes se quedan. Asimismo, los niños pueden desarrollar cierto enojo hacia el padre por haberlo abandonado. La comunicación es sin lugar a duda un aspecto primordial para lograr una cierta cercanía con el padre, sin embargo, no siempre se cumple. La consecuencia de los temores y las inseguridades pueden llevar hasta procesos de depresión, de aislamiento e inestabilidad emocional entre tantas situaciones que se presentan en este tipo de familias (Arriaga, Rodríguez Contreras, 2008: 13). El rol de las mujeres frente a esta situación se duplica, ya que se debe crear una identidad simbólica del padre para los hijos, así que resaltar las decisiones que él toma desde el extranjero para darle presencia dentro del entorno familiar (Ugalde, Peláez, 2009: 317).

 

Según la OIM, los datos demuestran que las remesas ayudan a las inversiones sociales tales como la integración en la educación 17. Como Caballeros (2010: 7) señala, se ha visto a lo largo de los últimos años un aumento en las posibilidades de estudiar en vez de emigrar hacia los Estados Unidos. Esta realidad permite a la familia una mayor incorporación dentro del mercado laboral por la mejor calificación de los jóvenes al nivel educativo. Este mismo autor resalta que, por ejemplo, en "el Quiché, se ha registrado una importante movilidad social, determinada por los grupos profesionales, muchos de los cuales, lograron sus objetivos con el apoyo financiero proveniente de las remesas familiares".

 

Otro aspecto importante que destacar son las influencias del consumo que trae las remesas. Sin darse cuenta, el emigrante que representa normalmente el "jefe de hogar" trae consigo un cambio notable en el estilo de consumo, nuevos planteamientos de ideas, normas, y valores que pueden gradualmente presentar cambios dentro de la familia. Éstos para la familia pueden ser consecuencias de los regalos, las cartas, la música, películas y viajes que se relacionan con la experiencia del emigrante (Stefoni, 2008: 8). El aumento de capacidad de compra de la familia transnacional permite un acceso mayor a la tecnología y a los medios de comunicaciones, lo cual da lugar a una mayor cercanía al mundo occidental.

 

La ambigüedad del  nuevo rol de la mujer en la familia transnacional 

 

Dentro de la cultura guatemalteca, las divisiones laborales en la familia se disponen según el género. Las mujeres de este país tradicionalmente se valoran más en las tareas domésticas del hogar y el varón provee económicamente y da apoyo tanto moral como emocional a la mujer. Como lo explica Ugalde y Peláez (2009: 232) se puede analizar "la división doméstica del trabajo, en el que [se] destaca hasta qué punto la asignación de responsabilidades domésticas a las mujeres está tan profundamente institucionalizada en las reglas y prácticas domésticas que se convierte en algo no negociable".

 

Se han destacado tres roles fundamentales para las mujeres dentro de la familia: productivo, reproductivo y comunitario. El primero, representa mayoritariamente el cuidado del hogar, seguido de lo biológico (embarazo, nacimiento y lactancia), así como la educación social de las crianzas. Al contrario de los hombres, el lado comunitario representa más bien para las mujeres la abstinencia que  un liderazgo (ibídem). Se enfatiza también que las "identidades de género en las sociedades modernas parece deberse tanto a una cuestión de conceptualización como de tendencias económicas" (Ugalde y Peláez, 2009: 233). A pesar de que la mujer tuvo una llegada reciente al mundo laboral y ha logrado destacar en éste, el control económico de los hombres puede seguir siendo muy notable en Guatemala  incluso hasta cuando éste se encuentra afuera del país.  

 

Las migraciones en Guatemala han ido cambiado de a poco esta situación con la salida masiva de varones hacia los Estados Unidos. Las mujeres no solamente se quedan a cargo de la familia, sino que adquieren nuevos roles usualmente reservados a los hombres. Según los datos, 71.2% de los domicilios receptores de remesas económicas son dirigidos por mujeres (Italia, 2009: 191). Hay dos grandes líneas de cambios para las mujeres luego de la emigración del jefe del hogar. Como lo analiza Peláez y Ugalde (2006: 29) "frecuentemente aumenta la carga de responsabilidad, la autoridad, la libertad, la capacidad de gestión, la iniciativa, el liderazgo en la familia extensa y aún en la comunidad [...] [o la migración trae para la mujer] mayor dependencia, menor capacidad de gestión, menor libertad, poca autoridad".

 

En primer lugar, se observa un empoderamiento de la mujer tanto al nivel familiar como comunitario. Las investigaciones demuestran que las remesas permiten lograr más poder de parte de ellas, al nivel social, político y económico (Robert, 2008: 14). Las mujeres van a tener más libertad frente a las decisiones que se deben tomar dentro del entorno familiar y frente a sus acciones personales. En algunos casos, las mujeres dedican su tiempo libre a nuevos oficios, lo que era imposible dentro de la situación anterior de poder conyugal. Se presenta, según Ugalde 18, casos en Guatemala en donde la mujer retoma sus estudios o empieza su emancipación dentro del mercado laboral 19; otras se incorporan a nuevas actividades deportistas, culturales, comunitaria o religiosa. Este empoderamiento es aún más significativo cuando dentro de la pareja se encontraban marcas de violencia entre los cónyuges, destacándose así como una liberación de la mujer luego de la ida del esposo. El nivel económico, también puede ser espacio que genera mayor autonomía. Las mujeres toman a veces posiciones diferentes a los hombres frente a lo económico debido a la visión que tiene cada uno dentro de la familia. Se han demostrado, como he relatado anteriormente, que la educación puede mejorar con el envío de remesas. En varios casos, las mujeres van a priorizar la educación de las hijas, una decisión que posiblemente no habría sido tomado por el jefe de hogar masculino (Robert, 2008: 14). Del mismo modo, varias mujeres han tenido la oportunidad de invertir parte de las remesas dentro de un negocio en la comunidad. Este aspecto, ha permitido al género femenino una mayor autonomía, tanto dentro de la familia, como dentro de su círculo social:

 

 

Ellas toman las decisiones más importantes de la casa y de la parcela. Educan y disciplinan al resto de la familia [...] Su madre y ella empezaron a invertir directamente las remesas en una pequeña tienda que se ha desarrollado y tiene el aspecto de una pequeña abarrotería; además pagan algunas personas para cultivar maíz y fríjol en la parcela. Ellas se quedan con lo esencial y el resto lo venden en la comunidad o en otros lados.

             (Peláez y Ugalde, 2006: 27)

 

Esta cita tomada de una entrevista, demuestra claramente que el empoderamiento es posible y que las mujeres pueden lograr prosperar económicamente con las remesas enviadas por parte del emigrante, lo cual les permite tomar un espacio más importante dentro de las decisiones familiares.    

 

Asimismo, las mujeres guatemaltecas se pueden convertir en líderes de su comunidad. Varias logran incorporarse en asociaciones, grupos de ayuda a los emigrantes, etc. Según Stefoni (2008: 2), el gran número de emigrantes de la comunidad masculina ha permitido la integración de las mujeres en dichas organizaciones de liderazgo. Sin embargo, según la autora, existen varios casos donde la mujer no inicia este proceso de toma de decisiones, sino que espera hablar telefónicamente con el esposo para saber cuáles son las decisiones más adecuadas para la comunidad. Ugalde y Peláez (2009: 252) denomina este fenómeno el mito del empoderamiento de las mujeres puesto que, a pesar de los casos exitosos de emancipación social y económica de las esposas, la mayoría de las guatemaltecas parte de una familia transnacional se mantienen en su situación previa a la emigración del esposo. Asimismo como se muestra a continuación, la emigración puede traer más vulnerabilidad en vez de empoderamiento.  

 

No todas las mujeres carecen de empoderamiento. Luego de las migraciones varias de ellas sufren un aumento de supervisión y de dependencia de los suegros. Muchos hombres, al emigrar dejan su familia al cuidado de sus padres, lo cual obliga a una redefinición de la composición de la familia y una pérdida de poder de parte de la mujer en mano de los padres del esposo. Como lo explica Peláez y Ugalde (2006: 30), en Guatemala se observa todavía "una cultura patriarcal muy acentuada [...] el hombre mantiene su rol de proveedor a distancia, tomando decisiones y monitoreando la conducta de su esposa, para lo cual muchas veces toma en cuenta la información de su familia". En varios casos, el hombre envía las remesas a sus padres y la mujer no tiene el poder ni acceso a las  decisiones sobre la forma en que este debería ser invertido. El hombre a pesar de estar lejos, tiene todo el control sobre su familia gracias al envío de dinero a sus familiares. 

 

Otro aspecto para las mujeres, es la obligación de cuidar su imagen en la comunidad. Este aspecto es muy común debido al hecho que muchas mujeres siguen obedeciendo por razones culturales a su esposo mientras está al extranjero. Muchas veces, las mujeres piden permiso al marido para hacer sus actividades para no descuidar su conducta dentro de la comunidad, porque muchos son los casos en los cuales los vecinos empiezan a juzgar y vigilar las mujeres mientras no está acompañado por su esposo como lo demuestra esta cita: "dada la ausencia del marido, la disciplina está a cargo de Ester. Sin embargo, las decisiones en el hogar son competencia del esposo. Ella le pide permiso hasta para ir a misa porque "la gente habla y puede decir cualquier cosa [...] entre los dos decidimos, pero yo dirijo más ahora. Pero siempre le pido permiso para todo. Donde quiera que me voy, siempre le pido permiso a él" (Peláez y Ugalde, 2006: 34) 20.

 

La influencia de la comunidad puede también ser un problema, ya que muchos de sus miembros suelen juzgar las acciones de la mujer y tienen algunos prejuicios sobre cómo debería actuar: "Te tenés que cuidar, porque ahora estás sola" (ibídem). En efecto, se crea una presión social para cuidar la imagen de la mujer dentro de una familia transnacional (ibídem). Sin embargo, esta acción cae en la misma responsabilidad de la mujer, ya que se revalidan lo más significativo al cuidar en exceso su imagen, postergándose y quedándose en casa para demostrar respeto al esposo.             

Al igual que los niños, el tema de la inseguridad dentro de la relación de pareja y el retorno del esposo, cambia la dinámica diaria de la mujer. Dentro de culturas como la guatemalteca, en las que la relación de parejas es primordial, para la mujer puede ser un sufrimiento y una angustia a lo largo de los años. Sin embargo, dentro de las entrevistas conductas por Peláez y Ugalde (2006), todas las mujeres afirmaron con certeza el "seguro" regreso del su marido. Además, varias mujeres aseguran que esta separación vale la pena por el bien económico de la familia y los hijos. También, a esta inseguridad se añade si habrá reunificación de la familia en el extranjero y cuanto tiempo durará la estancia del emigrante.

 

"Los que se quedan [...] son familias quebrantadas y la herida de sus integrantes es permanente y acumulativa por cuanta tensión produce el distanciamiento [...] y por la presión social, que en el caso de la esposa [...] su rol de género es algo agotador" (Arriaga, Rodríguez Contreras, 2008: 14). En efecto, para la mujer la ida de la pareja trae consigo la incorporación de nuevos roles que hace un tiempo era inalcanzable y que se sobrepone a las tareas domesticas tradicionalmente impuestas a ellas mismas. Estos nuevos roles y obligaciones pueden traer la sobrecarga de las tareas de la mujer. En efecto, la mujer debe cumplir con todas las labores de la pareja. Se debe resaltar el hecho que en Guatemala la división de las tareas según el género es todavía muy importante. Las nuevas responsabilidades de la mujer cambian y se enfocan en "tomar decisiones económicas, financieras, el cuidado de sus hijos, en la escuela, en la salud, en pagar la deuda al coyote, absorber funciones y responsabilidades que ni se imaginaba [...] antes de la migración" (Caballeros, 2010: 9). Estas nuevas exigencias obligan la mujer a tomar responsabilidades que anteriormente eran exclusivamente el papel del hombre: cumplir con las necesidades básicas de la familia y asumir un rol más importante en la comunidad (Galeano, 2006: 28).

 

En última instancia, las mujeres pueden sufrir intensamente si la familia tiene una desintegración. No todas las experiencias de emigración son concluyentes y varias familias padecen de abandono 21. Tal como en el caso de los niños, estas situaciones pueden tener consecuencias psicológicas importantes para las mujeres, pero también pueden significar una inestabilidad económica y una precariedad que puede hasta empeorar el nivel de pobreza.

 

Conclusión y apertura 

 

En el marco de este ensayo, se ha podido observar que el tema de las remesas sociales y los cambios en la familia transnacional en Guatemala es relativamente novedoso y las investigaciones al respecto son escasas. En efecto, por varios años, los investigadores se han centrado en analizar las remesas económicas dentro de la familia, la comunidad, las inversiones así como en la disminución de la pobreza. Se puede efectivamente destacar una evidente mejora de los recursos económicos para los guatemaltecos. Se demuestra por ejemplo que más de 3.7 millones de guatemaltecos reciben remesas (Smith, 2006: 78) de lo cual tiene como aspecto positivo una disminución de la extrema pobreza así como un mejor acceso a la educación. Empero, los fenómenos migratorios en este país crean nuevas dinámicas al nivel familiar y se debe enfatizar más esta línea de investigación.

 

Dentro del entorno familiar, es primordial acentuar los estudios sobre los futuros efectos de la perdida de modelo paternal y masculino dentro de la sociedad. Tanto para los niños, como para las mujeres, ya que ellas deben tomar nuevas responsabilidades sociales y económicas. Para los hijos, es importante tratar de establecer las principales carencias frente a esta pérdida, cual es el imaginario de ellos frente a la migración masculina, los miedos e incertidumbres frente al abandono o el posible regreso del éste. ¿Tienen estos aspectos incidencias sobre la inserción de jóvenes a las maras guatemaltecas, el embarazo juvenil y las drogas?

 

Otro elemento que merece mejor investigación a nivel social es la reintegración en el entorno familiar del padre luego de la migración. Si éste vuelve, ¿cuáles son los cambios dentro de la familia? La mujer logra tener más peso dentro de la toma de decisión, mantener el liderazgo que ha desarrollado en la comunidad -si ha tenido- o debe reincorporarse a su anterior abstinencia en este entorno. También, será interesante observar cómo este posible retorno de esposo puede influenciar los valores familiares tradicionales en Guatemala y la identidad tanto del emigrante como de los que se quedan.

 

Los cambios sociales que se han podido destacar en consecuencia de las migraciones masculinas para las mujeres en Guatemala son ambiguos. En efecto, dos caminos se resaltan al investigar los cambios de género en estas circunstancias. Se puede producir un empoderamiento de las mujeres con una mejor predisposición a la integración al papel de liderazgo, tanto dentro de la familia como de la comunidad. Sin embargo, se ha demostrado que la cultura tradicionalmente machista guatemalteca puede incorporar a las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad, dependencia y hasta de abandono. Las mujeres todavía siguen las pautas de valores comunales, por ejemplo, una mujer casada que debe cuidar su imagen. Frente a estas nuevas manifestaciones de empoderamiento femenino es primordial investigar más para destacar cuáles son los elementos que permiten o imposibilitan esta emancipación: tipo de relación conyugal, nivel de educación de la mujer, grupo étnico, ubicación, tiempo del emigrante fuera del país, etc.

 

Frente a los estudios de género, es primordial investigar si los altos niveles de migración masculina pueden tener impacto sobre el femicidio 22 que se está produciendo en Guatemala. Si resulta la conexión, sería interesante observar cuáles condiciones influencian esta violencia hacia las mujeres: su vulnerabilidad o su empoderamiento. En efecto, si la perdida de protección masculina causado por la emigración del marido aumenta el nivel de violencia padecida por las mujeres o dentro de la sociedad machista guatemalteca, los hombres que se quedan en el país no aceptan esta nueva emancipación femenina que se inició gracias a estas migraciones. Además, otro tema frente al género que se debe estudiar profundamente es la reciente incorporación de las guatemaltecas dentro de los movimientos migratorios. ¿Cuáles serán los cambios para la familia?, ¿difieran de los observados en este ensayo? Con el aumento de los niños jóvenes al cuidado de los abuelos, ¿cuáles serán las consecuencias sociales de estos nuevos cambios estructurales dentro de la familia?

 

Como investigación futura, sería interesante observar si estas tendencias migratorias y sus remesas sociales son continuas en toda América Central o difieren según el país. ¿Ciertos países verán similares consecuencias por sus acontecimientos históricos -Guatemala, Nicaragua, El Salvador son diferentes de Costa Rica, por ejemplo- o la migración internacional han unificado los cambios sociales en esta región? En conclusión, se puede determinar que el tema de las remesas sociales en Guatemala está siendo recientemente investigado y propone una nueva visión que permitiría posiblemente entender mejor algunos problemas profundos y complicados de la dinámica de quienes son parte de este país. Pero todavía todas estas interrogaciones son difíciles de cuantificar por la falta de datos, encuestas e investigación.

 

Notas

 

(1) La expresión Los que se quedan viene del título del documental mexicano realizado por Juan Carlos Rulfo (2010)



(2) Como lo explica el dominicano Juan Bosch (1909-2001) en su ensayo "¿Por qué dicen Centroamérica y el Caribe?" en Temas Históricos (1991: 237-240) sería incorrecto llamar la parte insular Caribe y la parte continental Centroamérica. Según este intelectual, se debe incluir ambas partes y llamarlo el Gran Caribe. Dentro de este ensayo, se reconoce y acepta esta terminología de Bosch. Cuando se utiliza el término Centroamérica, se refiere a la parte continental del Gran Caribe siendo Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y Belice.

 

(3) Según la USAID, en los años 60 y 70, Guatemala tenía el más alto porcentaje de desigualdad de reparto de las tierras en América Latina. Este porcentaje era entre 82% y 85% (Le Bot, 1992: 48)



(4) Las tierras bajas de los departamentos de San Marcos, Santa Rosa, Quezaltenango y Sololá son las regiones principales para encontrar trabajo remunerado de baja calificación. Las demandas de mano de obra son significantes para el cultivo, la cosecha y la elaboración del café (Italia, 2009: 181-182)

 

(5) Según Smith (2006: 75) una investigación del Ministerio del Trabajo y OIM del año 1992, más de 87. 000 trabajadores guatemaltecos hubieran trabajado de manera legal en México. Sin embargo, el número de indocumentados sería aproximadamente de 250. 000. Durante la década de los 90, con la ayuda del gobierno de Chiapas, el gobierno Guatemalteco estableció un sistema de tarjeta de identidad para los trabajadores migrantes. La meta era sensibilizar la migración legal.  La mayoría de los trabajadores provienen de la región de San Marcos, Quetzaltenango y Huehuetenango (Caballeros, 2007: 2).

 

(6) En efecto, las causas tales como la desforestación, la pérdida de la capa vegetal de la tierra así como la contaminación del agua por fertilizantes puede impedir la agricultura de subsistencia.

 

(7) El huracán Mitch en 1998 dejó a varios países en condiciones de crisis por varios meses. Se declara, según el US Border Patrol un aumento de 28% de interdicción de entrada a habitantes de Centroamérica durante los primeros meses después del desastre (Mahler y Ugrina, 2006: 5). Se recuerda, sin embargo, que Guatemala ha sido menos afectada que Honduras y El Salvador. En Guatemala, se enfatiza el terremoto de 1976  que aumentó las migraciones internacionales.

 

(8) Las investigaciones demuestran que los campesinos que pasan de lo rural a lo urbano tienden a emigrar hacia Estados Unidos como mayor frecuencia. Este fenómeno se denomina step migration (Mahler y Ugrina, 2006: 5).

 

(9) Mayor información, referirse a Guatemala: Nunca más y Guatemala: Memoria del silencio (1999).

 

(10) Según Olmos (2003: 1), anterior a 1987, la situación de los refugiados no estaba regularizada. Fue durante la Conferencia Internacional sobre Refugiados, Desplazados y Repatriados de Centro América (CIREFCA) convocada por el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) en la cual se presentó un plan de acción cual es firmado por Guatemala así que El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Belice y México. Para mayor información: www.acnur.org

 

(11) Según Smith (2006: 76), entre 1995 y 1999 hubiera vuelto alrededor de 43. 000 refugiados guatemaltecos de México.

 

(12) La feminización de la migración es un tema reciente que merece investigación más amplia. Para mayor información sobre la relación entre género y migración en Latinoamérica, refiérase a  El mapa migratorio de América Latina y el Caribe, Las mujeres y el Género de Jorge Martínez Pizarro (2003) así como "Migración femenina y migración calificada" Cap. IV, en América Latina y el Caribe: migración internacional, derechos humanos y desarrollo (2006: 257-302) CEPAL.

 

(13) 22.0% entre 15-19 años, 29.7% entre 20- 24 años y 18.3% entre 25-29 (OIM, 2003: 27).

(14) Definición traducida del inglés

(15) El autor citado ha utilizado las fuentes de Smith (2001) y Guarnizo (2004).

(16) A pesar de que la mayoría de los emigrantes guatemaltecos son varones, se debe subrayar también que la presencia femenina de emigrantes es bastante notable. En algunos casos, las mujeres emigran junto al hombre. En el caso de tener hijos, muchas veces, los dejan al cuidado de los abuelos, lo cual tiene como fenómeno una deformación de la sociedad por ser mayoritariamente menores de edad y ancianos.

(17) La encuesta de la OIM (2004: 33), explica que "el 11.0% de las remesas se destinan a la denominada inversión social, cuyo volumen alcanza a US$ 288 millones al año, de los cuales US$ 213 millones se dedican a  los servicios de salud y US$ 75 millones a la educación".
(18) Entrevista dentro del ensayo de Caballeros (2010: 9-10). Coordinador del Área de Migraciones del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar. Fue entrevistado por Álvaro Caballeros (2010). La entrevista fue incluida en este artículo.

(19) Se nota que este elemento no siempre da empoderamiento a las mujeres. En el caso tratado en este parágrafo, se toma más de una mirada del acceso al trabajo para las mujeres viviendo en un entorno donde tradicionalmente los hombres son los únicos proveedores económicos. Sin embargo, no todas las mujeres toman esta decisión por emancipación sino muchas la toman porque la emigración no trajo las esperanzas esperadas económicamente o luego del abandono. 

(20) Citas de entrevistas realizadas por los dos investigadores a mujeres guatemaltecas con el esposo trabajando en los Estados Unidos.

(21) Como hemos mencionado anteriormente en este ensayo, las razones de abandono son múltiples. Suele ser importante los casos de nuevas parejas de parte del emigrante en el país de destino, el olvido paulatino de la familia de parte del hombre o hasta la muerte. Se destaca esta consecuencia en los casos de cruce de la frontera de manera indocumentada. El envío de las remesas -que sea periódico o no- permite entonces  de una manera u otro asegurarse que el emigrante está vivo y se recuerde de la familia.

(22) Para mayor información, véase: Bancada de la unidad revolucionaria nacional del congreso de la República de Guatemala: Feminicidio en Guatemala. Crímenes contra la humanidad, 2005. 

 

Referencias Bibliograficas

 

Arriaga, G. y Rodríguez, V. (2008) Los que se quedan. Una experiencia de migrantes, Revista científica electrónica de psicología, Nº 6, 2008: 9-27.

 

Bosch, J. (1991) Temas históricos, Tomo I, Santo Domingo: Editora Alfa y Omega.

 

Caballeros, A. (2010) Migración, mujeres y familia: el costo humano y social de la migración internacional. Voz Itinerante, Nº 91, Febrero 2010: 1-11.

 

Caballeros, A. (2007) Las múltiples y simultáneas migraciones en Guatemala y la necesidad de una política de Estado que las atienda. Voz Itinerante, Nº 60, Julio 2007:1-8.

 

CEPAL (2006) Migración International, derechos humanos y desarrollo. Santiago: Naciones Unidas.

 

Galeano, R. (2006) Migración y Derechos Humanos en Guatemala. Informe No Gubernamental. Guatemala: MENAMIG. 

 

Girón, C. (2007) Tendencias migratorias en la región centroamericana: un breve acontecimiento. FONAMIH.

 

Italia, S. (2009) Tendencias y Consecuencias del Fenómeno Migratorio. El Caso de Guatemala. En Adenaver Konrad (ed.), Migración y Políticas sociales en América Latina. (pp.179-1999). Rio de Janeiro: Fundación Konrad Adenauer. 

 

Le Bot, Y. (1992) La guerra en tierras mayas. Comunidad, violencia y modernidad en Guatemala (1970-1992). México: Fondo de cultura económica.

 

Mahler, S. y Dusan, U. (2006) Central América: Crossroads of the Américas. Migration information Source,  Abril 2006: 3-15. 

 

Olmos, C. (2003) América Central: situación migratoria después de los conflictos. Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM 7.

 

Organización Internacional de las Migraciones (2004) Encuesta sobre Impacto de Remesas Familiares en Hogares Guatemaltecos. Cuadernos de trabajo sobre Migración, N°19.

 

Organización Internacional de las Migraciones (2003) Encuesta Nacional sobre Emigración Internacional de Guatemala. Resultados Definitivos. Cuadernos de trabajo sobre Migración, N°15, Marzo 2003.

 

Parella, S. (2007) Los vínculos afectivos y de cuidado en las familias transnacionales migrantes ecuatorianos y peruanos en España. Migraciones internacionales, Julio-Diciembre, año/volumen 4, número 002: 151-188.

 

Pelligrino, A. (2001) Migrantes latinoamericanos y caribeños. Síntesis histórica y tendencias recientes. Santiago: CEPAL.

 

Peláez, A. Y Ugalde, M. (2006, octubre 08) ¿Cómo afectan las migraciones internacionales a la familia? Avances sobre estudios de caso en dos municipios de Guatemala.  [Documento en línea]. Disponible desde Internet en Formato pdf en: http://ciesas.edu.mx/proyectos/relaju/cd_relaju/Ponencias/Mesa%20Su%C3%A1rez%20y%20Sorensen/UgaldeGonzalezMiguel.pdf  

 

Robert, E. (2008) "Mujeres, migración, remesas y relaciones de género. Evidencias a partir de tres casos: Colombia, República Dominicana y Guatemala". UN-INSTRAW, Octubre 2008.

 

Smith, J. (2006) Guatemala: Economic Migrants Replace Political Refugees. Migration information Source,  Abril : 74-83.

 

Stefoni, C. (2008) Migración y desarrollo. Intercambios, No. 87, Junio: 1-23.

 

Stefoni, C. (2008) Síntesis conferencia: migración internacional y desarrollo rural. Intercambios, No. 87, Junio: 1-5.

 

Ugalde, M. y Peláez, A. (2009) "Guatemala. Hoy son lagrimas, mañana son dólares",  en Ansion, J., Gómez, R. y Medina, P. (eds.) Más allá de la remesas. Familias de migrantes en América Latina. Paris: Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC).

 

UNOPS (1999) Guatemala memoria del silencio. Guatemala.

 

Wehr, I. (ed.) (2006) Un continente en movimiento: Migraciones en América Latina. Madrid: Iberoamericana.

 

Zapata, A. (2009) "Familia transnacional y remesas: Padres y madres migrantes. Revista latinoamericana de ciencias sociales niñez y juventud, vol.7, N°2, suppl.1, Julio 2009: 1749-1769.