El artículo es una revisión crítica de cuatro discursos enmarcados en el período del centenario chileno con el fin de entender su producción, tanto textual como contextualmente, estructurada a partir del paradigma imperante: el proyecto de la modernidad y su (in)consecuente proceso de modernización, además de la noción de progreso que se liga a ambos. El análisis demuestra cómo cada uno de estos discursos se plantea críticamente respecto a la situación histórica del país, siempre desde los paradigmas propios de la modernidad los que son entendidos como fenómenos y procesos de tránsito permanente que conducen a un estado porvenir de perfección y felicidad de los hombres y la sociedad, tanto material como moralmente, es decir, que apuntan a un mejoramiento de la humanidad, basado, principalmente, en la reconciliación entre los hombres y su realidad, entre los hombres y la naturaleza, y, por qué no, una reconciliación entre los hombres mismos: las elites y las masas subordinadas a ellas.